En el 2019, Roberto Bautista firmó su mejor año al convertirse en top 10 del ránking mundial, alcanzar sus primeras semifinales de Grand Slam (Wimbledon) y coleccionar un puñado de otros grandes resultados, entre los que figura el título en Qatar. Sin embargo, también supuso una tremenda prueba mental para el actual número 9 de la clasificación: poco después de perder a su madre, Rober se despidió de su padre con una entereza digna de elogio, porque decidió afrontar la situación dando un paso al frente, continuando con su vida deportiva, al regresar en mitad de la Davis, aportando su granito de arena a una nueva victoria de España. Tras la primera victoria en la ATP Cup, el de Benlloc valoró en www.atptour.com sus últimas vicisitudes.

--¿Cómo valora su 2019?

--Muy positivo. Al margen de los resultados, lo más importante es mi nivel. Jugué un tenis muy parecido durante todo el año, con pocos bajones. Tuve un 2019 regular y bueno desde el principio hasta el final.

--Dio un paso adelante…

--El año pasado rompí varias barreras que llevaba un tiempo persiguiendo. Eran cinco o seis años moviéndome entre los 15 primeros y buscándolo. Fue muy importante ganarle a Djokovic en Doha y luego levantar el título. Me vino muy bien en cuanto a confianza. Después jugué genial en el Abierto de Australia, superando por primera vez unos octavos de final en el Grand Slam. Y a partir de ahí, el año fue a más: semifinales en Wimbledon y top 10 tras hacer cuartos en Cincinnati, un desafío mental importante.

--Ha perdido en poco tiempo a sus padres. ¿Se ha sorprendido por su forma de llevarlo?

--Me sorprendo a mí mismo, sí. Echo la vista atrás y… No hablo solo de la muerte de mi padre, también por la de mi madre. No le he dado la espalda a mi trabajo y he mantenido el nivel pese a todo lo que me ha pasado estos años. Me he levantado cada día como si no pasara nada, he cogido las maletas para irme a los torneos, haciendo giras largas... Lo pienso y ha sido muy difícil. He pasado muchos momentos duros, agobiantes. Cualquier persona estaría sobrepasada, pero he sabido dejar de lado los problemas y centrarme en el deporte. El tenis, vivir el circuito, me ha ayudado. Habría sido más difícil convivir con la situación que tenía mi padre cada día en casa. Poder desconectar un poco de lo que tenía allí, me ha ayudado. He mejorado mucho emocionalmente.

--¿Qué se decía en esos momentos?

--Que llevo toda la vida luchando y trabajando por una cosa. ¿Voy a echarlo todo a perder por lo que está pasando? No quería dejar pasar la oportunidad de estar en el circuito, de ganarme la vida, de seguir peleando por igual que estos años... Estoy seguro de que mis padres me habrían animado a seguir con mi vida. Al margen de mi familia, al final, uno tiene que pensar en seguir su camino. Eso ha sido lo que más presente he tenido en la cabeza.