La selección española se presentó en Malta con una alineación alternativa, como si la visita a La Valeta fuera el banco de pruebas de un partido amistoso para ajustar nuevos conceptos. Y el partido salió como tal, sin la versatilidad y la profundidad necesaria para enfrentar a un equipo que estuvo encerrado de forma descarada, pero aguantó con opciones en el marcador hasta bien entrada la segunda parte.

En un partido muy espeso de España, los malteses se llevaron un resultado decente, tan alejado de aquel 12-1 que recuerda la historia como el juego de la selección española se distancia de las aspiraciones que debería tener.

Con Luis Enrique ausente por un un problema familiar, del que no ha trascendido más que es un tema de salud lo suficientemente grave como para hacerle abandonar la concentración; su segundo Robert Moreno dirigió un equipo que intentó abrir el campo para crear unos espacios difíciles de crear con 20 jugadores moviéndose en 40 metros.

morata, resolutivo / Las llegadas se disiparon de nuevo hasta la media hora, cuando Morata recibió su primer balón en ventaja, el segundo que tocaba en el partido, a la carrera a la espalda de la defensa maltesa, gracias a un pase de Hermoso. El delantero atlético remató como pudo y el ínclito Bonello hizo el resto, con un fallido intento de parada, para que España abriera el marcador.

El partido fue avanzando con un ritmo cansino, un juego ramplón y una ausencia de ocasiones que empezaba a ser llamativa. Desde el banquillo entró Muniain, para solucionar el estropicio del doble lateral en la izquierda, y abrió una vía más de peligro que desmontó por momentos la defensa de Malta.

El centrocampista del Atlético, Saúl, sin espacio y sin un rival al que presionar para explotar sus virtudes; erró otro disparo antes de dejar el campo para que entrara un dinámico Jesús Navas que desplazó a Sergi Roberto al centro del campo y, casi de la nada, sacó un centro preciso a la cabeza de Morata para que el madrileño consiguiera su segundo gol.

España está lejos de refrendar sus intermitentes buenas sensaciones. La selección de Luis Enrique (ayer de Robert Moreno) tuvo encerrada a Malta en torno a su área durante 70 minutos, pero los 10 tiros, entre a puerta y fuera, con los que terminó denota la falta de constancia en el ataque español, que ni siquiera al final, con Malta buscando sus opciones en ataque y más espacios que en todo el partido, consiguió adecentar un resultado rácano ante un equipo semiprofesional.