Manuel López Pedrosa es el nexo de unión entre el Morella CF y la Guardia Civil. Para entender la pasión por los colores azulgrana, que viste el equipo de fútbol de la capital de Els Ports, y el verde, del benemérito cuerpo, hay que remontarse hasta el año 1996, cuando comenzó esta bonita historia.

Oriundo de Cartagena y vecino de Morella, la relación de este cabo primero de la Guardia Civil con la provincia de Castellón esconde una bonita historia de amor. Durante este tiempo, Pedrosa, como es conocido en la localidad morellana, se ha integrado completamente entre sus conciudadanos.

«El deporte me ayudó muchísimo a asentarme en el pueblo, fue una manera de integrarme y conocer a los vecinos», relata López. Tal es así que en la capital de Els Ports ya es célebre su frase: «Señor, si hay vida después de la muerte, me gustaría nacer morellano». Esa sentencia la pronunció desde el balcón del ayuntamiento durante la celebración del primer ascenso del conjunto azulgrana a Primera Regional, en la temporada 2004/05.

Leyenda en el Morella

Y es que una de las grandes pasiones de este Guardia Civil es el deporte rey, con el que está vinculado desde su llegada a la capital de Els Ports. Con la elástica del Morella formó parte del plantel durante 14 temporadas hasta que puso punto y final a su carrera deportiva en el año 2009. Desde entonces forma parte de la directiva de la entidad.

Su dedicación al Morella no ha cejado, hasta el punto de que acaba de lograr una solvente a la vez que tranquila permanencia del equipo en Primera Regional desde el banquillo. Manuel López, junto a otro veterano del equipo, Hugo Adell, han debutado este curso como entrenadores.

Para canalizar toda la experiencia adquirida en la provincia, López tiene en el tintero otra iniciativa que llevará por título Morellano, se nace y se hace. Se trata de un libro en el que relata sus vivencias en la capital de Els Ports. Todas las historias y sentimientos que ha fraguado Manuel López a lo largo de más de dos décadas en la ciudad estarán reflejadas en esta obra.

«Vine destinado sin conocer a nadie y aquí he pasado los mejores años de mi vida. En Morella me he enamorado, he sido padre... Aunque no de nacimiento, me he hecho morellano», de ahí el título. La profesión, como clara vocación de servicio, le corre por las venas desde pequeño, «en mi familia somos varios guardias, en casa lo llevamos muy dentro, es un honor servir en la Guarda Civil», destaca.