La liga inglesa está decidida y esto perjudica al Manchester City. La necesidad en el deporte es el motor de la determinación y al equipo de Guardiola es justo lo que le faltó. El Tottenham se alimentó de carácter y de los errores de los celestes para llevarse una victoria (2-0) importante en su lucha fratricida por una de las cuatro plazas de la Champions. El City, segundo de la tabla, queda nada menos que a 22 puntos del imparable Liverpool.

Para los Spurs todo fueron buenas noticias. Consiguieron aguantar el City, marcó su nuevo fichaje Steven Bergwijn junto a Heung-Min Son y recortaron puntos al Chelsea, que marca la frontera de la cuarta plaza. Los de Guardiola, en cambio, volvieron a perdonar de cara a gol y echaron de menos a Laporte, que se quedó en Manchester. Más de uno se pregunta por qué los celestes han decidido no fichar en el mercado de invierno.

DOMINIO SIN GOL

Los de Guardiola jugaron la última media hora con un hombre menos por la expulsión de Zinchenko, justo cuando encajaron los dos goles, pero antes lo habían hecho casi todo para ganar. Hasta cierto punto la fortuna parece dar la espalda a los celestes -Agüero envió una pelota al poste- pero ya son demasiados partidos que el gol se resiste demasiado.

Mourinho y Guardiola, este domingo en Londres. / AFP

El técnico de Santpedor profetizó que esta temporada los grandes títulos se decidirán en la capacidad de definir dentro de las áreas, justo lo que necesita su equipo. Los de Manchester lo dominaron prácticamente todo, pero una vez más la sensación es que perdonaron.

Uno de los momentos decisivos del partido fue al final del primer tiempo, cuando el VAR intervino señalando un penalti a favor del Manchester City minutos después de que sucediera. El capitán de los Spurs, Hugo Lloris, todo un especialista en las penas máximas, paró el disparo de Gundogan y desesperó a un Guardiola que no consigue encontrar el lanzador. En el rechazo del penalti, el guardameta francés tumbó Sterling, lo que pareció otra pena máxima que el VAR esta vez no concedió.

Después de recibir el primer gol y con un hombre menos, Guardiola decidió cambiar el Kun Agüero por Cancelo. Una sustitución un punto conservadora dando descanso al argentino quizás pensando ya en la eliminatoria de Champions contra el Real Madrid.

GUARDIOLA Y MOU GUARDARON LAS FORMAS

El choque de banquetas sucedió sin conflicto alguno. Guardiola y Mourinho mantuvieron las formas de la previa y trasladaron su choque en el terreno de juego, con un verdadero contraste de filosofías. La trayectoria de ambos es tan extensa que sus dibujos son muy identificables y en algunos momentos parecía que las camisetas hubieran podido ser blancas y azulgranas. Después del segundo gol, el portugués se sentó al lado de su ayudante y miró de soslayo a Guardiola. No pudo contener una sonrisa diabólica.