Pasan los años y José Mourinho no cambia. Es un provocador nato que acumula episodios lamentables. Cuando pierde la culpa siempre es de otro, sea del árbitro, de la actitud del rival, de los horarios... Este domingo volvió a sufrir una dura derrota contra el Manchester City de Pep Guardiola que aleja al United del título. Ocurrió además en Old Trafford y en el derbi, lo que causó un enfado tremendo en el técnico luso.

La rivalidad no se quedó en el césped y se trasladó al túnel de vestuarios. Hubo una pelea monumental, gritos y lanzamiento de botellas con hasta 20 personas, entre jugadores y cuerpo técnico de ambos equipos, involucradas.

El origen de todo estuvo, cómo no, en Mourinho. El preparador se dirigía hacía la rueda de prensa postpartido y pasó cerca del vestuario del City, que celebraba efusivamente la victoria ante el eterno rival. Entonces el técnico portugués del United realizó un comentario de los suyos reprochando la efusividad en el festejo y pidiendo más respeto.

Sus palabras no sentaron bien en los jugadores del líder de la Premier. El portero Ederson entendió al portugués y se lo recriminó. A partir de ahí empezó todo el lío. El que salió peor parado de la pelea fue el propio Mourinho, que recibió un botellazo y fue bañado en agua e incluso leche.

INTERCAMBIO DE ESCUPITAJOS

El gigantón Lukaku fue de los más participativos. El ariete del United tuvo más puntería en la trifulca que en el partido. Lanzó una botella que impactó en la cara de un miembro del cuerpo técnico del City. Desde Inglaterra se asegura que también hubo intercambio de escupitajos.

La policía tuvo que intervenir para impedir más golpes cuando ya la trifulca afectaba hasta a 20 personas. José Mourinho y Pep Guardiola ignoraron la refriega en sus ruedas de prensa.

Mikel Arteta, miembro del cuerpo técnico del Manchester City, también sufrió las consecuencias de la pelea y salió de Old Trafford con una herida en la frente, según informó 'El Larguero' de la Cadena SER.