El jueves que viene, el periodista británico Robert Beasley lanzará al mundo un pedazo de la carrera de José Mourinho. El libro contará con numerosas anécdotas de su paso por los banquillos ingleses y, además, relatará una constante que ha estado presente en la carrera del portugués: su odio hacia Arsene Wenger, el entrenador del Arsenal.

Si una cosa ha acompañado al luso durante toda su trayectoria ha sido está creciente rivalidad con el francés, tan solo aparcada durante los años en los que dirigió al Real Madrid. Un pulso que dura desde el 2004 tras la llegada de Mourinho a los banquillos británicos. Más de una década de episodios como el ocurrido durante el traspaso deMata del Chelsea al United, que acabó con la famosa frase del luso tras un cruce de declaraciones. “Algún día me lo encontraré fuera de un terreno de juego y le partiré la cara”.

EL PUNTO ÁLGIDO

La culminación de esta batalla dialéctica, al que poco le ha faltado para llegar a física, se produjo durante la celebración del partido número 1.000 de Wenger como entrenador del Arsenal. Precisamente, el encuentro era en Stamford Bridge ante el Chelsea de Mourinho. El partido se saldó con un 6-0 para los blues y Wenger se escaqueó de la rueda de prensa. El luso aprovechó para dedicarle unas palabras en tono irónico. “El próximo partido que pierda yo tampoco pasaré por rueda de prensa con la excusa de que el bus del equipo me espera”.

DOS DÉCADAS DE WENGER

Precisamente este septiembre, Arsene Wenger ha cumplido 20 años en los banquillos del Arsenal. El francés ha visto la etapa dorada de Henry y a jugadores como Ljungberg, Pirès oBergkamp. Ha comprado caro y ha vendido mucho más caro, sobre todo al Barça. Ha presenciado la demolición del mítico Highbury y ha disputado una de las batallas más sonadas en la historia de los banquillos.