Entre inmensas dudas de juego y un panorama de lesiones desesperanzador, la delicada situación que atraviesa el Madrid de Solari llena de ilusión a cada rival, el próximo el Leganés, en la vuelta de octavos de final de la Copa del Rey, pese la renta de 3-0 de la ida para los blancos.

Aunque ha encadenado dos victorias en una semana, el equipo de Solari está lejos de convencer y, lo que debería ser un trámite para rotar la plantilla, se presenta como un abismo al que un tambaleante Madrid puede caer al mínimo despiste.

OCHO BAJAS

Con las bajas de Bale, Asensio, Mariano y Benzema, encontrar un delantero centro es el mayor problema de un Solari que no tiene demasiado margen para rotar, con ocho ausencias (Courtois, Vallejo, Llorente y Kroos, más los cuatro atacantes) y que el fin de semana recibe al Sevilla en Liga, en un partido trascendental para el futuro del Madrid en la competición.

Las opciones para el ariete van desde la poco probable del canterano Cristo, hasta la natural de Vinicius, el nuevo referente blanco. Las ausencias liberan un espacio en el ataque que podría ocupar Isco, pero para el que tiene más posibilidades el recién llegado Brahim Díaz.

SIN RESPUESTA SOBRE ISCO

Como en cada previa, Solari escapó de las preguntas sobre el malagueño, al que ya nadie espera entre los titulares, con el tono cansino del que ha repetido innumerables veces el mismo mensaje de escapatoria. Tampoco se atisba hueco para Isco en el centro del campo, donde Valverde se afianza y Ceballos promociona.

El entusiasmo comedido con la media hora que proporcionó ante el Betis el recurso de los tres centrales impulsa la idea de mantener el sistema, incluso de experimentar con extravagantes nuevas ocurrencias, pero los mimbres son los que determinan la calidad de la cesta.

En la portería no queda mucho más que Keylor Navas, con Courtois lesionado, Casilla camino a Inglaterra, para fichar por el Leeds de Bielsa, y Luca Zidane promocionando hasta el banquillo.