Sabía que cada salto podía ser el último porque en todos ellos el mínimo error le condenaba a una muerte segura. Pero era su pasión y Alexander Polli no pensaba en ello, solo en volar a toda velocidad atravesando parajes maravillosos como los Alpes, donde este lunes falleció en un accidente cerca de Chamonix (Francia) al golpearse en un árbol durante un salto, en la zona de Brevent.

Polli, italo-noruego de 31 años, era uno de los saltadores BASE y paracaidistas más experimentados del mundo, toda una referencia de este deporte en el que el piloto va vestido con un traje que lleva una especie de membranas, a modo de alas, en los brazos y las piernas, lo que permite una mayor sustentación en el aire y alargar los descensos a toda velocidad.

Alexander hizo durante su trayectoria centenares de saltos pero sin duda uno de los más famosos, quizá el que más, lo hizo en Cataluña, concretamente en Montserrat, donde tras saltar desde un helicóptero, voló a 250 kilómetros por hora hacia el macizo rocoso para atravesar la mítica Roca Foradada, un apertura de pocos metros de diámetro. Durante este 2016 han muerto ya 29 saltadores de esta especialidad en todo el mundo.