La española Garbiñe Muguruza tropezó en la final del Abierto de Australia ante la joven estadounidense Sofia Kenin por 4-6, 6-2 y 6-2, en un partido que superó ligeramente las dos horas de partido.

«Quiero felicitar a Kenin, que ha jugado un gran partido y ha hecho un gran torneo. También me gustaría mencionar a mi equipo por lo que ha hecho por mí, a mi entrenadora Conchita por ayudarme a alcanzar la segunda final de Grand Slam», comentó la tenista hispano-venezolana, abatida tras el partido, en el que fue de más a menos.

Tampoco pudo Muguruza poner fin a la maldición de las españolas en Australia, competición que nunca contó con una campeona de España, uniéndose a los mejores resultados hasta la fecha cosechados en Melbourne de su entrenadora Conchita Martínez (finalista en 1998) y Arantxa Sánchez Vicario, quien se quedó a las puertas en 1994 y 1995.

No brilló con el mismo esplendor que lo hizo durante el torneo, donde fue de menos a más y alcanzó cuotas de un tenis inmejorable tras batir a jugadoras favoritas como Simona Halep, Anastasia Pavlyuchenkova, Kiki Bertens o Elina Svitolina.