Seis pasos tiene que dar el Castellón para regresar a Segunda B. Mejor dicho, ya son cinco, después de inclinar la eliminatoria frente a la Peña Deportiva (1-0), en un partido típico de play-off (sobre todo de ida). Prácticamente sin delanteros, lo hizo con la máxima efectividad y en una jugada de estrategia. Es decir, el abc de este tipo de situaciones. El domingo que viene, Ibiza dictará sentencia, pero los albinegros tienen muchísimo adelantado, después de aplicar cabeza, la que utilizó Arturo para hacer el gol que les pone por delante.

Ya es costumbre que Ramírez saque a calentar a la vez a todos los convocados, así que la incertidumbre sobre el once de la hora de la verdad se demoró unos minutos. El entrenador tarraconense apostó por Guille Vázquez en detrimento de un mermado Juanra y volvió a contar con Castells, no para que sentase a Carlos López, sino a Marenyà, en la sorpresa de la alineación. Arriba, de salida, Vicent Albert, con Fabiani aguardando su momento.

Enfervorecido por un Castalia en modo play-off, los locales salieron al mil por ciento. Meseguer, en el área pequeña, estuvo cerca de hacer bueno el jugadón de Rida. Sin embargo, la Peña Deportiva, sostenido por el poder intimidatorio de su músculo y por un jugadorazo como Tchoyi (podría estar perfectamente en un primera español), impuso su físico ante un Castellón atragantado por la alta presión visitante: tocaba y tocaba, pero en zonas intrascendentes, viendo de lejos al portero Moro. Solo cuando Ebwelle ponía la directa daba la sensación de romper las líneas enemigas, pero ocurrió a cuentagotas en el primer acto.

MINIMIZAR RIESGOS // Los dos equipos siguieron a pies juntillas el manual del primer asalto de cualquier eliminatoria, minimizando riesgos antes que nada y después… Con todo, los ibicencos dieron más sensación de peligro, con ocasiones claras de Pacheta (malogró un balón que, de repente, apareció en el área pequeña de Campos) y de Borja Pando, con un cabezazo al que respondió con espectacularidad y eficacia el meta valenciano. Castalia dio por bueno el descanso, con los baleares inclinando poco a poco su pulso con los orelluts.

Si Ramírez metió a un centrador (Jorge Giménez en lugar de Rida) y a un rematador (Fabiani por Vicent Albert), Dani Mori retiró al creativo Borja Pando (con molestias) para meter más contención con Carlos Tomás. Habían pasado 10 minutos de la segunda parte en los que el Castellón había subido claramente un punto más su intensidad. Y, a partir de ahí, empezó a ganar el encuentro (y la eliminatoria).

Ebwelle volvió a subirse a la moto. Y cuando eso sucede, también es un futbolista de una categoría superior. Destrozó la banda derecha rival en cinco minutos de inspiración y forzó una falta que Meseguer la puso al segundo palo para que Arturo se elevase a ese cielo de su ciudad y aumentase los decibelios de Castalia. ¡Gooool!, gritaron casi 9.000 gargantas.

Quedaba media hora. Lo más difícil estaba hecho, con una eficacia inmejorable. Primera ocasión, primer remate a puerta… y 1-0. El partido se descosió por momentos, pero el Castellón no entró al trapo, enfatizando la defensa del valioso 1-0 antes de buscar con ahínco el 2-0. Ebwelle lo acarició, pero lo más importante estaba detrás, en esa férrea defensa ante un adversario que, desfondado, fue menos fiero que el de la primera parte. H