La raqueta está afinada, el golpe suena limpio y claro en las cuerdas de su Babolat. Rafa Nadal tiene a tiro su segunda undécima, después de Montecarlo. Hoy quiere conseguirla en su casa, en su club, el Reial Club Tennis Barcelona. Se hace dificil pensar que no lo consiga, tras superar en las semifinales del Godó al belga David Goffin, 10º del mundo, especialista en tierra del que se deshizo por 6-4 y 6-0, en 82 minutos.

Nadal solo pasó apuros al inicio, cuando Goffin le rompió el saque en el primer juego y se colocó luego con 2-0. A los 20 minutos, el número 1 había encauzado la desventaja (2-2) para mantener un pequeño pulso que acabó en el 10º juego, rompiendo el saque de su rival y apuntándose el set en 49 minutos. Goffin aguantaba como podía las acometidas de Nadal, cuya respuesta era para desesperar a cualquiera.

Un 6-0 descorazonador // En la segunda manga, Goffin ya no tenía ni la claridad de ideas, ni la condición física para aguantar el ritmo que le imponía Nadal, que no le dejó ni ganar un juego más. En 33 minutos ganó el set y certificado su pase a la final, un año más, sumando 44 sets consecutivos sin conocer la derrota sobre tierra y sumando 400 triunfos.

Si la 401 llega este domingo, será su 55º título en tierra y el 11º en el Godó. En teoría, lo tiene más asequible de lo esperado, porque su último escollo es el desconocido griego, de solamente 19 años, Stefanos Tsitsipas (63º del mundo), quien venció a Pablo Carreño (11º), por 7-5 y 6-3.