A Nadal le faltaba ganar un partido para asegurarse el número 1 mundial este año y lo certificó ayer en su debut en el Masters 1.000 de París. La victoria sobre el coreano Hyeon Chung por 7-5 y 6-3 le dio los puntos necesarios para asegurarse, por cuarta vez en su carrera, la primera plaza mundial al final de una temporada después de haberlo conseguido en el 2008, 2010 y 2013.

Nadal lleva ya 152 semanas en esa posición desde que lo logró por primera vez el 18 de agosto del 2008, tras ganar su primer Wimbledon, y ahora podrá seguir al frente bastantes semanas más, al menos hasta el próximo Abierto de Australia del 2018.

«Ha sido una temporada increíble. Hace un año no podía ni soñar con acabar como número 1. Soy muy feliz, pero la temporada no ha acabado aún. Ahora estoy en París para intentar ganar el título», recalcó tras el partido.

Nueve años después de conseguir el número uno, el tenista mallorquín volverá a cerrar el año al frente de la clasificación mundial ATP, por delante de Roger Federer, el único que hubiera podido, hasta ayer, arrebatarle la posición, pero que renunció a jugar el torneo de París. El jugador suizo había ganado en las dos últimas semanas los torneos de Shanghái y Basilea.

VENTAJA INSUPERABLE // Nadal tuvo que ponerse el mono de trabajo para deshacerse del joven Chung, 21 años y 55º mundial, que le plantó cara. El tenista surcoreano tuvo un 3-1 en el primer set y un 0-40 para tomar aún más ventaja. Pero Nadal supo salvar la situación, le dio la vuelta al calcetín y se llevó la manga. En la segunda, Chung mantuvo el pulso hasta el 3-3 hasta que Nadal le hizo el break (5-3) y puso la directa para certificar el triunfo tras una hora y 47 minutos de partido.

Los 90 puntos logrados por ganar a Chung colocan a Nadal con 10.555 en la clasificación ATP y le aseguran la primera plaza mundial aunque no gane ningún partido más hasta final de año. Federer tiene ahora 9.005 puntos y ni ganando la Copa Master en Londres (12 al 19 de noviembre) podría superar al tenista español.

Nadal se convierte en el tenista más veterano en acabar la temporada como número uno, con 31 años, siete meses y 4 días. Un éxito que no podía ni soñar cuando empezó la temporada en enero en el número 9 del mundo. Ni la final en Australia ni cuando ganó el décimo Roland Garros en junio le hacían creer que al final del año se convertiría en el sexto jugador de la historia en conseguir la hazaña (ver gráfico).

«No pienso en el número 1, no es mi objetivo prioritario, si llega, vendrá por los resultados. Solo pienso en tener salud y poder competir por los grandes títulos», había manifestado Nadal tras volver a ganar un Grand Slam (no lo conseguía desde el 2014) sobre su querida tierra de París.

«LA PASIÓN ES VITAL» // Y ese número 1 empezó a verlo alcanzable Nadal tras ganar su tercer Abierto de EEUU el pasado mes de septiembre. El pulso con Federer empezaba a caer de su lado, hasta reafirmarlo ayer en París. «Era imposible pensar en lograrlo después de tantas lesiones. Acabar el año como número uno es muy importante y más porque hace 10 años que lo hice por primera vez», valoró Nadal.

¿Y cómo se consigue eso?, le preguntaron. «Es una cuestión de pasión por lo que haces. Es vital despertarse con la motivación apropiada», contestó.