El Rolex marcaba las 01.25 de la madrugada cuando Rafael Nadal celebraba feliz su triunfo ante el italiano Jannik Sinner por 7-6 (7-4), 6-4 y 6-1 y se aseguraba el pase a las semifinales de Roland Garros donde le espera el viernes el argentino Diego Schwartzman, que le apartó del camino a un rival directo como Dominic Thiem en una espectacular batalla de más de cinco horas por 7-6 (7-1), 5-7, 6-7 (6-8), 7-6 (7-5) y 6-2 .

Una imagen inédita de una victoria conseguida bajo los focos de la remozada Phillippe Chatrier, con la vista de la torre Eiffel iluminada desde lo alto de la pista, y con apenas 400 espectadores en las gradas, soportando el frío de la noche (12 grados y una humedad de 34%) y un molesto viento. Un partido que cualquier otro año habría llenado las 17.000 plazas del recinto pero que el coronavirus hizo jugar de incógnito.

Nadal tuvo que esperar casi 10 horas para entrar a las 22.36 en la pista para jugar su partido número 100 en Roland Garros y para superar una complicada prueba frente a un rival que demostró estar preparado para grandes pero que a sus 19 años, aún debe aprender de los grandes. El larguirucho tenista italiano obligó a Nadal a sacar su mejor tenis antes de chocar sus raquetas en la red tras 2 horas y 49 minutos.

Rival valiente

Sinner salió valiente. Nadar quiso asustarle de entrada con un juego impoluto y en blanco. Pero el italiano le respondió sin miedo. Apoyado en su servicio y potentes golpes, especialmente con la derecha fue el primero en disponer de un brak point a los 20 minutos de juego y a los 54 minutos arrebatarle el servicio a Nadal (5-4).

Pero con el marcador a favor, la presión le llevó a equivocarse y cometer errores que no había tenido antes. La veteranía del campeón fue decisiva para superar el momento. Sinner cedió su saque y en el tie break Nadal recuperó el mando y el primer set. En el segundo Sinner volvió a romper el servicio de Nadal (3-1), pero el número 2 mundial lo recuperó de inmediato y, en el momento preciso dio la puntilla al italiano para apuntarse la segunda manga y acabar de desanimarle. Sinner había llegado al límite. En el tercer set solo ganó un juego más.

"Gracias a los que todavía estáis aquí. Soy muy feliz de volver a estar en las semifinales. El partido no era fácil para mí, como tampoco lo es el torneo, por las condiciones de la pista. Hoy me ha costado entrar en juego", explicó y destacó a su rival Sinner. "Es un joven talento con un gran futuro. Tiene golpes poderosos y lo ha demostrado esta noche", dijo.

Nadal estará en semifinales por 13 tercera vez y cada año que ha alcanzado la penúltima ronda se ha llevado la Copa de los Msqueteros a Manacor. Buena señal. Además Schwartzman le alegró la larga espera del día con su victoria ante Thiem. El reciente campeón del Abierto de Australia y finalista en las dos últimas ediciones de Roland Garros, ya venía tocado de otro maratón, en la anterior ronda en la que necesitó cinco 3 horas y 23 minutos para deshacerse del francés Hugo Gaston (239 mundial), invitado por su federación, que le forzó al límite antes de ceder por 6-4, 6-4, 5-7, 3-7 y 6-3.

Thiem se rinde

Thiem y Schwarzman, atrincherados en la línea de fondo, se entregaron a un combate de pesos pesados. Una pelea sin resquicio a la imaginación. Juego bronco. Esfuerzo titánico para tumbar al contrario sobre ese inédito escenario otoñal de Roland Garros. Sobre una pista lenta e intentando dar lo más fuerte posible a esa nueva bola pesada y húmeda. Unas condiciones difíciles para jugar al tenis, aunque más conocidas por Schwartzman, ya acostumbrado a jugar también de noche en Roma, donde eliminó a Nadal y jugó la final ante Djokovic hace un par de semanas.

El 'Peque' al que le molesta que le llamen así vivirá su primera semifinal en un Grand Slam. En el Foro Itálico sorprendió a Nadal pero en París será otra cosa. "Rafa es el dueño de esta casa", dijo cuando le preguntaron por Nadal, sin saber si había ganado.

Schwartzman fue más fuerte y estuvo más fresco de piernas para aguantar a Thiem hasta llevarle a un quinto set. Demasiado esfuerzo para un Thiem que llevaba sin el rodaje suficiente sobre tierra y que acabó tirando la toalla en el último set. Schwartman (14 mundial) se ganó el derecho de ser el décimo argentino que alcanza la final de Roland Garros.

El turno de Djokovic

Novak Djokovic pudo ver desde el hotel tranquilamente la derrota de Thiem. Aunque no estaba en su camino a la final se quitaba de la lucha el tercer candidato en liza en todos los pronósticos. Este martes El número 1 mundial vivirá hoy un retorno al pasado con su enfrentamiento ante Pablo Carreño, el rival que tenía en Nueva York, cuando fue descalificado por lanzarle un pelotazo a una jueza de línea. Djokovic espera este partido con ganas de revancha, aunque no lo ha dicho públicamente.