Melbourne Park debía ser la puerta que abriera paso a Rafael Nadal al club de los cuatro grandes que ha habitado desde que ganó su primer Roland Garros en el 2005. Pero no fue lo que esperaba. Fernando Verdasco se la cerró en las narices al derrotarle en la primera ronda del Abierto de Australia por 7-6 (8-6), 4-6, 3-6, 7-6 (7-4) y 6-2.

Nadal sufrió un duro revolcón. De los peores de su carrera. Se presentaba en Melbourne preparado para luchar por el título, olvidadas las ansiedades que le atormentaron en el 2015, se sentía capaz de competir contra los mejores. Pero sus ilusiones se desvanecieron de golpe. Después de cuatro horas y 41 minutos se marchó de la central Rod Laver Arena con el rostro desencajado. Grogui. Verdasco le acaba de dejar KO sobre la pista azul tomándose la revancha de la derrota encajada en el 2009 después de una épica batalla de 5.14 horas.

Una victoria que abrió las puertas a Nadal para jugar la final ante Roger Federer y ganar el título. Esta vez, en un partido con mucho menos glamur, en primera ronda, Verdasco le arrebató de las manos una victoria que ni él mismo esperaba cuando Nadal dominaba por dos sets a uno.

Para Nadal, finalista también en el 2010 y el 2014 en Australia, ganador de 14 Grand Slam, esta es la 2ª vez en su carrera que cae en una 1ª ronda en los 228 partidos (198 victorias y 30 derrrotas) que ha disputado en un grande. La anterior la sufrió en el 2013 en Wimbledon ante el belga Darcis. “Es una dura derrota, muy dura. Nada que ver con el año pasado --cayó en cuartos también de forma contundente ante Berdych--. No ha sido mi día. No he competido en la forma que había estado entrenando y eso no me hace feliz”, valoró decepcionado.

La derrota le hizo daño porque Nadal creía que estaba en el buen camino de su recuperación tras alcanzar la final en Doha. El partido con Verdasco volverá a abrir las dudas. Ayer se estrelló ante un rival al que había ganado 14 veces de 16, aunque cayó con Verdasco el año pasado en Miami.

91 ERRORES NO FORZADOS // Nadal perdió el pulso desde el fondo de la pista (57 puntos ganados por el madrileño contra 29 suyos) y eso a pesar de que Verdasco tuvo 91 errores no forzados. “El tenis ha cambiado, ahora lo que importa es darle fuerte a la bola, los errores cuentan menos. Él ha sido más agresivo y por eso ha ganado”, dijo Nadal. Un análisis que no es del todo cierto, porque el mallorquín tuvo el marcador con dos sets a su favor para cerrar el partido en el cuarto tras remontar un 3-5 y forzar el segundo tie-break, y lo dejó escapar.

Verdasco se la jugó con potentes winners para aferrarse a un quinto set en el que, tras perder el saque de salida, le arrebató seis juegos seguidos. Impensable en otra época. “Pegaba fuerte y veía que los breaks caían de mi lado y no he parado”, decía feliz Verdasco, que firmó su victoria más dulce. “Toca seguir trabajando como he hecho siempre. Es lo que hay”, dijo ante su futuro Nadal. H