Salió indemne el Villarreal de Vigo, mientras que el Celta acabó sin rasguños. Una de las mejores defensas y una de las apuestas más ofensivas del campeonato se quedaron sin marcar alguna. El 0-0 quizás no entraba en las quinielas, aunque, desde el punto de vista groguet, hay que valorar el punto como positivo. Más aún cuando Berizzo, pese a apostar por lo mejor que tenía, no pudo con las rotaciones de la tripulación del Submarino.

El Villarreal superó la marca de 13 partidos invicto, mal número si no crece. Y creció, porque ya van 14. En puntos sí que se pudo crecer más. Bakambu tuvo las ocasiones más claras, pero el bueno del congoleño no tuvo a la efectividad de su lado. A estas alturas, tampoco sería justo defenestrarlo, pues sus aciertos han sido muy rentables esta temporada. Tampoco él debe caer en el nerviosismo.

En la otra parte del campo, el que no para de crecer es Areola, que suma seis jornadas con la puerta a cero (ocho si cuentan los partidos de la Europa League). Un nuevo récord de imbatibilidad. El portero, que empezó en su carrera en el equipo de Petit Anges (los angelitos) de Francia, se ha convertido en el auténtico ángel de la guarda amarillo.

El Villarreal, con todo, superó uno de los test más difíciles que le quedaban. Este cero tuvo un sabor extraño, pero en absoluto fue amargo. El paso no fue grande, pero avanza hacia la Champions. H