Antes de saber si Marc Márquez (Honda) ha acusado la derrota, en la última curva, de la última vuelta, del último GP celebrado en Spielberg (Austria) frente al italiano Andrea Dovizioso (Ducati), antes de saber si el Mundial que todos dan casi por sentenciado está aún vivo (Márquez aventaja a Dovi por 58 puntos, más de dos victorias), antes de conocer, por supuesto, el desenlace del GP de Inglaterra, que empieza mañana en el precioso y popular circuito de Silverstone, hay que saber si el pentacampeón mallorquín Jorge Lorenzo, compañero de Márquez en el equipo campeón Repsol Honda de MotoGP, reconoce o no, el día de su reaparición tras más de 50 días de ausencia de los circuitos, que ha buscado vías de escape para resolver su contrato con Honda, que es bianual (2019 y 2020), para regresar a Ducati, tal vez al equipo satélite Pramac.

DALL'IGNA, EL VALEDOR DE LORENZO

Las conversaciones existieron, desde luego y, aunque a lo largo de las últimas semanas nadie, absolutamente nadie, ni por parte de Lorenzo, ni por parte de Honda, ni por parte de Ducati, las ha reconocido, el GP de la República Checa fue una auténtica olla a presión donde se cocinaban todo tipo de rumores, insisto, jamás confirmados. De ahí que sean muchos los que, pese a existir la llamada de Lorenzo al ingeniero italiano Gigi DallIgna, Director General de Ducati Corse y el técnico que lo fichó, en el 2017, para la fábrica de Borgo Panigale (Italia), para pedirle una Desmosedici oficial para el 2020, sin duda en el equipo Pramac, pues tanto Dovi como Danilo Pretucci están renovados, es muy probable que Lorenzo mañana lo niegue todo en la conferencia de prensa oficial del GP, asegurando que jamás se le ha pasado por la cabeza no cumplir el contrato que firmó con el team Repsol Honda.

Si esa negación se produce, pocos serán los que tengan argumentos reales, pruebas, aseveraciones de que Lorenzo miente. Existen, por supuesto, indicios razonables de sospecha. Por ejemplo, DallIgna reconoció a Sky Italia TV que mi cargo es Director General de Ducati Corse y, como tal, mi obligación es sentar en nuestra moto a los mejores pilotos del mundo. Y es evidente que si surge una posibilidad, debo analizarla y contemplarla. Otra cosa es que se pueda realizar. Es eso reconocer que habló con Lorenzo? Es un paso, desde luego.

Más pistas. Cuando el joven australiano Jack Miller, que tenía ya redactado su contrato de renovación por Pramac-Ducati, vio frenada esa semana la firma, se fue a dormir sospechando algo. Era evidente que Miller temió (algo sospechaba o sabía, no?) poder perder su sitio en Pramac, por eso, al ser preguntado por el ruido que rodeaba a Lorenzo, ausente en los últimos cuatro grandes premios (Holanda, Alemania, República Checa y Austria), dijo: Creo que hay algo de verdad en los rumores que colocan a Lorenzo de vuelta en Ducati y, más concretamente, en Pramac. Seguro que debe estar intentando salir de Honda y buscar otra oportunidad con otra moto, en otro equipo. Apagado el incendio, Miller renovó por Pramac-Ducati.

DEMASIADOS INDICIOS DE SOSPECHA

Más detalles. Por ejemplo, el parlanchín Cal Crutchlow, piloto oficial de Honda y al que le encanta meterse y opinar de todo, comentó que encontraría la mar de lógico que Lorenzo, que es un pentacampeón, que es un piloto ganador, se esté buscando otra moto, pues quizá se ha dado cuenta ya de que ganar con esta Honda le va a ser muy difícil.

Repito, indicios para hacer ruido alrededor de la crisis que atraviesa Lorenzo en su primer año en Honda (no menor, por cierto, ni más incierta, que la que ya vivió en Ducati, antes de su magnífica segunda temporada) había y muchos. Certezas, pocas. Confirmaciones, ninguna. Reconocimiento de que alguien negoció, cero; quien levantó primero el teléfono, se intuye que Lorenzo; cómo le sentó a Honda que ese culebrón pudiese ser cierto, mal, muy mal, pues Lorenzo llegó, incluso, a viajar unos días a Japón para buscar soluciones a sus problemas de adaptación y, finalmente, cómo podía entenderse que el altivo Claudio Domenicali, administrador general de Ducati, que despidió (perdón, no renovó) a Lorenzo cuando empezó a ganar, ahora aceptase su regreso y le ofreciese una Desmosedici oficial, esperpéntico ciertamente.

ESPERANDO A LORENZO

Insisto, no estamos en un mundo donde, con contratos en vigor (y al de Lorenzo le queda más de un año y medio), puedan tolerarse y, por tanto, reconocerse ese tipo de negociaciones. Que Honda lo sepa, es una cosa; que Ducati lo sepa, al tratar de recuperar al pentacampeón mallorquín, es otra, pero que Lorenzo mañana reconozca públicamente todo eso es lo que se antoja casi imposible.

E, insisto, si Lorenzo lo niega y asegura, como parece ser que afirmará, que jamás se rinde y va a tratar de ganar con esta Honda, veremos quién es el que le saca los colores y le demuestra que sí ha habido negociaciones para romper su acuerdo con Honda (que igual lo estaba deseando) y regresar a Ducati.