Todo parecía planeado en el Barça. Antes incluso de la dramática caída en Anfield que sacudió de tal manera las estructuras del club, amenazando incluso con llevarse por delante a Ernesto Valverde, pese a sus dos Ligas consecutivas. Todo parecía diseñado (De Jong fue fichado en enero y Griezmann estaba pactado, como denunció el Atlético, desde marzo) para regenerar al equipo. Pero llegó el caso Neymar, que no existía en julio, según el presidente Bartomeu, aunque se aceleró en agosto en una operación estéril (por ahora) que deja profundas secuelas en el Barça.

A no ser que haya un inesperado giro de guión en el último día del mercado, Neymar se resigna a quedarse, muy a su pesar, en el Parque de los Príncipes un año más. Sostenía ayer el diario francés L’Equipe esa tesis en su portada con un impactante titular: Se queda. Pero la última vez que se escuchó esa frase no sirvió de nada porque Piqué posó con su entonces compañero Neymar en Estados Unidos. Esa imagen data del 24 de julio del 2017. El 3 de agosto de ese mismo año, el brasileño se convertía, tras ejecutar su cláusula de 222 millones, en el fichaje más caro de la historia del fútbol.

VERANO DE PROVISIONALIDAD / El diario indica que Neymar, que incluso estaba dispuesto a pagar de su bolsillo 20 millones de euros para salir, ha informado tanto al PSG como al Barcelona de su decisión. Por su parte Le Parisien aporta que el entorno de Neymar asegura que a la vista de que el traspaso no ha sido posible este verano, lo intentará de nuevo en el 2020. «Mientras, Neymar dará lo máximo por el PSG», subrayó esta fuente al rotativo galo.