No hay mal que mil jornadas dure, ni siquiera 14, en Castalia, que celebró el primer triunfo de los suyos. Un 3-0 contra el Alcoyano, del que se apropió la moral, para resucitar al Castellón que no obstante, lo pasó mal, realmente mal, hasta que Cubillas se echó todo a sus espaldas, con una determinación crucial. Cubi, el Cid Campeador, puso a los suyos en el camino de la victoria que no les saca del descenso, pero que les permite (sobre)vivir.

El 3-0 no debe cegar a nadie. Sí, es un subidón de moral precisamente ante el equipo que más hace gala de la misma, pero es solo una victoria que no borra de un plumazo todos los récords negativos, aunque sí que pone el contador a cero. Porque, analizando fríamente el partido, el Castellón podía haberlo entregado a la media hora, tanto por las ocasiones clarísimas de su adversario, como por el talante lastimero que transmitían los albinegros. Pero en esas Cubillas porfió por un balón aparentemente perdido para asistir a Kilian en el 1-0. El golazo de Muguruza, en el arranque de la segunda parte, acabó por cambiar la cara de los albinegros, en un reseteo que les permite abandonar -aunque solo sea por la diferencia de goles- el último puesto y no perder comba peligrosamente en una jornada que no satisfizo sus intereses.

Miren que ha sido difícil, por no decir imposible, acertarle el once a David Gutiérrez, pero esta vez el de Catarroja escogió el que la mayoría esperaba, el que generó menos debate, con los regresos de los sancionados Delgado y Cubillas en lugar de Caballero y el lesionado Máyor respecto al equipo que se batió el cobre sobre el agua y el fango de Olot.

¡MENUDO INICIO! // El preparador valenciano, empeñado en cambiar las cosas desde el pitido inicial, diseñó una acción que buscaba colgar el balón, gracias a que el saque inicial fue del Castellón. Pues bien, el equipo estaba como estaba, que el siempre fiable Castells se confió y, a los siete segundos, sí, en el primer suspiro, Hernán Lino ya probaba los guantes de Campos.

El Castellón sacó a relucir sus problemas en el ataque posicional, con jugadores muy estáticos. Si, encima, el único futbolista capaz de aportar algo de luz, José Carlos, se te lesiona al cuarto de hora… Pues peor aún. Nuevamente, cambio obligado de forma prematura por lesión. Y ya van cinco antes del minuto 30...

El Alcoyano, con bastante poco, fue acumulando ocasiones. Castells volvió a dormirse y Navarro, a metro y medio de la línea de gol, hizo lo más complicado: rematar por encima del travesaño. Campos apareció de nuevo en un centro-chut de Barreda que acabó en saque de esquina, rematado, en posición ventajosa, por Primi. Menos mal que el esférico no encontró portería.

LA GRANDEZA DEL FÚTBOL // El partido tenía una pinta horrible. Castalia lo rumiaba y exigía a los suyos. El Alcoyano no encontraba oposición en un rival encogido y sin ideas, hasta el punto de que daba la impresión de que hacía un continuo rombo a campo entero. Aparecían las deserciones, los malos gestos de jugadores expuestos por el error del compañero, las frustraciones...

El Castellón, en ataque, nada de nada. Imposible ganar así. No para Cubillas: su empeño obró el milagro. Por una vez, el fútbol se olvidó de justicias o merecimientos, a la vez que el destino, más que la fortuna, sonrió a los orelluts.

El 9 luchó por un balón imposible ante Tomás Ruso, de los que la mayoría de sus compañeros se hubiesen olvidado, para centrar y encontrarse con Kilian quien pese a estar encimado por Primi, la colocó en la red (min. 35).

¿Qué cambió? Inmediatamente, poca cosa, porque el Deportivo siguió mandando y el Castellón, a verlas venir. Al menos, Guti disfrutó de su primer descanso por delante en el marcador, después de ir perdiendo en el intermedio en el día de su debut (Ebro) y que los siete siguientes, hasta ayer, hubiesen sido con una X en el marcador.

LA LIBERACIÓN // Vicente Mir, técnico de los peladilleros, no se lo pensó dos veces e hizo un doble cambio en la reanudación. El Alcoyano monopolizaba de nuevo la posesión y Hernán Lino dio otro susto con un remate de cuchara por arriba, pero el Castellón explotó una efectividad increíble. Muguruza limpió las telarañas de la portería de Bañuz. Dos-cero, pero todavía 40 minutos y el alargue por delante.

Sin embargo, el Alcoyano seguía percutiendo con cierta frecuencia. Campos conservó la cómoda ventaja ante otro latigazo de De Lerma, recién celebrado el zambombazo del guipuzcoano.

ASÍ, SÍ // No obstante, el 2-0 sí que cambió el espíritu del Castellón, transformado a imagen y semejanza de la celebración del chicharrazo de Muguruza. Así quedó de manifiesto con el ¡3-0! Verdú recuperó el veneno en su zurda y botó una falta que entre Primi y Cubillas acabaron por alojar en el fondo de las mallas. Para frotarse los ojos, porque, ahora sí, la primera victoria esta a buen recaudo. Ver para creer.

Restaba media hora, minutos sobrantes porque el Alcoyano, aunque no de forma aparatosa, sacó la bandera blanca. Es más, los albinegros tuvieron la oportunidad de engordar todavía más el marcador, con sendos lanzamientos de falta de Verdú (uno abortado por Bañuz y el otro, infructuoso por escasos centímetros), así como en un cabezazo de Gálvez. Con todo, Campos, en el 91, conservó ese marcador tan bonito y liberador que es el 3-0, con una parada marca de la casa.

La primera victoria, al fin, llegó. Han tenido que pasar 14 jornadas, pero ya está. Un triunfo que rehabilita al Castellón pero que, pese a su contundencia, no debe esconder las carencias del equipo, subsanables a un mes vista. Y, para entonces, hacen falta más puntos. Muchos más.