Menos de 24 horas después de alumbrar a Sempre Orellut, Vicente Montesinos acudió a Mediterráneo. Repasó la operación encaminada a recapitalizar el CD Castellón con la cesión de 5 millones de acciones, que los socios podrán comprar en paquetes de 600 títulos a 600 euros (los abonados de tribuna); o de 300 a 300 (los del resto del estadio).

--¿Cómo explica la operación de recapitalización del club?

--Hay que dotarle de fondos, porque hay una deuda histórica, para desarrollar el proyecto… He hecho una inversión fuerte, transmitiendo que el modelo que quiero es que sea participativo. Hemos ideado una operación para que al socio no le suponga un esfuerzo económico. Si todos se hicieran accionistas, estarían adelantando los ingresos futuros, pero esto significa que no tienen que gastar ningún euro adicional. Ha habido mucho trabajo detrás de esta solución.

--¿Y el que no es socio?

--Pues que se abone ahora. Aunque estamos cerca del todo vendido, es una muy buena oportunidad. Cuanta más gente, mejor.

--Tradicionalmente, estas operaciones no han funcionado, ni en el Castellón ni en otros clubs.

--Lo sabemos, pero no se puede ser inmovilista porque en otros sitios no haya salido. Creo que Castelló y el Castellón son diferentes, que va a haber respuesta a una muy oportunidad que se brinda. Toda la masa social puede llegar a tener un 26% del Castellón, un paquete del que me desprendo y del que no me llevo ni un euro. Si fuera un éxito total, yo pasaría de tener 18 millones de acciones a 13 millones. Y el club recaudaría 5 millones de euros, cuando a mí me han costado un millón, que no lo estoy recuperando. El que más aporta, y el que más va a aportar, soy yo, con muchísima diferencia. Cuando ha habido un momento crítico, ya lo he hecho. Haré más fuerte el club, pero para todos. Si hacemos las cosas bien, habrá una recompensa. El Castellón, en Primera, valdrá más dinero.

--Todo el mundo va a poder tener acceso a las cuentas del club. ¿Habrá transparencia absoluta?

--Sí. Todo ese dinero, íntegramente, irá al Castellón, a los fondos propios, a las reservas, para ir equilibrando el multimillonario patrimonio negativo que tiene el club, que arrastra desde ese pasado nefasto que hubo.

--¿Con qué respuesta de la masa social estaría satisfecho?

--Si fui prudente en lo deportivo, aquí aún más. Me gustaría que la gente entendiera que es una oportunidad única, como nunca se ha dado en un club de fútbol, de formar de modelo identitario. Espero que tenga una respuesta masiva, porque significará que, efectivamente, este es un club único. Ya haremos lecturas.

--¿A dónde irá ese dinero?

--Dependerá del capital que entre. Si es mucho, habrá que guardar para el futuro. Si no, cumpliremos con las deudas más acuciantes. ¿Cuáles serían? Hacienda, que siempre está ahí y que venimos arrastrando desde la temporada pasada; seguimos en conversaciones con ellos, porque es una cuantía importante. Y además, las típicas de proveedores, como las que tiene cualquier empresa.

--¿Cómo están las negociaciones con la Agencia Tributaria?

--Con la Seguridad Social siempre ha habido entendimiento y facilidades, pero con Hacienda no. Es el coco de verdad: está tan atada en sus reglamentaciones, que es muy difícil pedir un aplazamiento, a pesar de que el primer día que nos sentamos, pagamos ya 50.000 euros. Hemos pedido plazos. El corriente, desde que volvimos, lo vamos pagando, pero debemos más de 400.000 euros de la pasada temporada, con las sanciones e intereses del 20% por no pagar aunque solamente sea un mes. Tenemos las líneas cortadas por los bancos, nadie nos da financiación por culpa del pasado. El año pasado yo no tenía firma, era solo un presidente institucional; firmaban los otros.

--Anunció, en la presentación del proyecto ‘Sempre Orellut’, que el presupuesto es de dos millones de euros. Quitando a los filiales, es un ‘top-10’ de la categoría…

--Es que el Castellón está en el top-20 nacional, no por categoría en lo deportivo, sino por la masa social, que se traslada en abonos, patrocinios…, lo que te permite afrontar una competición y aspirar a estar en lo más alto. El valor de la plantilla estará en 1,8 millones, contando técnicos, así que no hemos dado un paso atrás, porque la apuesta es firme.

--«No me dejéis solo», acabó...

--No soy Superman, tengo miedo. Poseo otras empresas y no tengo la presión que supone un club como el Castellón, es un peso muy grande. Estamos a mitad de camino del plan estratégico que trazamos y estoy convencido de que seremos capaces de lograrlo. Me ha tocado invertir mucho dinero para recuperar el control del club y hacer esto: que los socios puedan formar parte. No me gustaría que fuésemos unos pocos.

--¿Corre peligro, de no lograr unos ingresos mínimos, de volver al modelo de Garrido?

--No me gustaría llegar a una situación como esa. Hace un año y medio dimos un paso que luego vimos que no era el más acertado, pero nos permitió conocer un modelo que no es el que queremos. Hemos tenido que hacer un esfuerzo para recuperar el club y hacerlo partícipe de la afición del Castellón. Sería, más que un peligro, una gran decepción.

--Está el respaldo de los socios y el institucional. Ya ha dejado caer los proyectos sobre la remodelación de Castalia, la creación de una ciudad deportiva...

--Me gustaría un apoyo firme, que es lo que se merece al Castellón. En todo este tiempo no hemos ingresado un euro, aunque ya dije que no venía a pedir dinero. Hace tres semanas ya tuvimos una reunión de despacho, en la que les presenté el proyecto de adecuación para el estadio, que no va de subir las gradas. No necesitamos un nuevo estadio, pero sí una ciudad deportiva. Se quedaron impresionados: está todo medido y muy trabajado arquitectónicamente, no son cuatro dibujos.

--¿Cómo está el convenio de cesión de Castalia?

--No existe, así de fuerte es. Cuando se crea la comisión y nos presentan un borrador, ya era peor del que venía siendo en el pasado, pero es que el segundo empeora las condiciones. Así no vamos a llegar a un entendimiento. No nos pueden pedirnos dinero cuando no lo tenemos. Hay que apoyar al club ahora y cuando esté donde queremos, pues que nos pidan un porcentaje de los ingresos. Y el plazo de cesión, otro problema: legalmente, nos pueden ofrecer 25 años, como el 80% de los clubs de España. Y si incumples, que nos puedan echar.

--El club, con su gestión, vuelve a ser un producto apetecible. ¿Ha tenido pretendientes serios?

--Sí, claro. El Castellón es un club muy valorado. ¿Qué les he dicho? Atenderlos, ver cuál es el interés que tienen… Lo primero que les digo es que el es un club único con un modelo único.

--Y eso que ha tenido que lidiar con un déficit de 800.000 euros de la temporada pasada, ¿no?

--Algo más, pero el de este ejercicio no lo tendrá. Por eso me ha tocado hacer un desembolso importante. No me ha hecho gracia.

--Con 20 puntos y casi media permanencia en el bolsillo en 11 jornadas, ¿cuál es el objetivo?

--La aspiración la tenemos clarísima, pero la realidad es otra: subir es muy difícil, debes ser muy diferencial y, a pesar de eso, las cosas se pueden torcer, esto es fútbol. Hay que asentar el proyecto, sin renunciar a nada. Es muy atrevido decir donde vamos a llegar, pero ¡por supuesto que quiero estar en play-off!

--¿Hay alguna partida destinada a los refuerzos de invierno?

--Estamos mirando opciones de forma permanente, pero tenemos una gran plantilla, con un compromiso brutal de los jugadores, que están viviendo un año sensacional por la gestión deportiva del club, muy distinta a lo que se vivió, por una cuestión de estilo y motivacional, al año pasado. Quizás los resultados vengan también por eso, por el ambiente: hace que todos rindan más.