Sonó celestial y hasta el de arriba le echó una mano al dios de la Tierra. Sonó a sinfonía y acabó siendo la novena. Fue todo un concierto del abuelo, que antes de salir a la parrilla se acercó al corralito de Moto3 a fecilitar al bambino Niccolò Bulega, de 16 años, uno de los chicos de su escuela, segundo en Moto3, que podría ser su hijo. Valentino Rossi (Yamaha), a sus 37 años, sumó ayer, en un Jerez entregado “¡es la catedral, es la catedral y mira cómo he ganado!”, su victoria 113 en 21 años, en 334 carreras (212 de ellas, en el podio). Era la novena en Jerez (7 en la categoría reina, una en 125 y otra en 250 cc) y se pone a nueve del récord de Giacomo Agostini (122), que ayer le volvió a pedir “por favor” que parase.

Ago no teme por sus 15 títulos (Vale suma nueve), pero sí porque Rossi, que llevaba 10 meses sin ganar, enlace varias seguidas, aunque deberían de ser muchas, pues esta de Jerez es solo su octava victoria en cuatro años. Le separan nueve triunfos del mito, pero se enfrenta a dos jóvenes hambrientos, Jorge Lorenzo y Marc Márquez, que ayer decidieron correr con la calculadora en la mano, pensando en el título.

Y, DE PRONTO, CALOR // Llegó la niebla y llegó el calor. Y el asfalto, que había estado gélido, se puso a arder. Y nadie sabía qué iba a ser de los nuevos Michelin. Se cayeron 12 pilotos en Moto3 y otros 12 en Moto2, así que Shuhei Nakamoto, el jefazo de Honda, se acercó a Márquez en la parrilla y le dijo al oído: “Marc, el título, el título; Marc, te espero en el podio; Marc trae la moto a casa; Marc, piensa, no arriesgues; no toca”. Y Márquez le hizo caso. “Perdemos en aceleración así que tengo que apurar, extremar, retrasar la frenada en cada curva y eso significa castigar la rueda delantera que, a mitad de carrera, ha dicho ¡basta! He tenido dos sustos y, en la curva 8, el codo me ha salvado de irme al suelo. He pensado en la lección del año pasado, cuando perdí tres segundos puestos (60 puntos) por forzar. Y me he parado. Me duele, ¡claro que me duele!, pero sigo líder del Mundial. He aprendido”, dijo.

PILOTAR SOBRE HIELO // Mientras Rossi volaba desde la primera curva, Lorenzo sufría para seguirle. Mientras Vale manejaba su Yamaha como si fuese la batuta y la novena sonaba a gloria, Lorenzo sudaba la gota gorda en cada recta. Justo cuando la ventaja del Doctor (3.8 segundos a mitad de carrera) empezó a descender (2.2) respecto al mallorquín, el neumático trasero de Jorge empezó a patinar y patinar, “parecía que pilotase sobre hielo”. Lorenzo no se lo podía creer. Márquez ya había lanzado la toalla y él, que se sabía con fuerza y cuerda para alcanzar a Rossi (“sin ese problema hubiese ganado ¡fijo!”), no podía acelerar, no avanzaba. “En las rectas, cuando retorcía el puño del gas, la rueda trasera patinaba, no agarraba, no tenía tracción y pensé ‘para que te vas a caer y ya tienes el cero de Argentina”.

Es la séptima vez seguida que el hombre de la pole gana la carrera. Pero es que el hombre de la pole fue el hombre de la vuelta rápida, el vencedor, el tipo que no ganaba en Jerez desde el 2009. Eso sí, en una de las carreras más lentas de la última década (31 segundos más lenta que el año pasado). H