El Villarreal espera la visita del Real Madrid, este domingo, como una especie de bálsamo que alivie los problemas de las dos primeras jornadas de Liga. Todo lo que no sea ganar al conjunto blanco en La Cerámica será para el Submarino ponerse en riesgo de llegar al primer parón de Liga muy cerca o, incluso, en posiciones de descenso. Una situación que nadie desea y que arrastraría la psicosis de la pasada campaña.

Para intentar sumar la cuarta victoria grogueta ante el Madrid, el Villarreal sabe que estará obligado a aprovechar las oportunidades que se presenten y, sobre todo, a erradicar uno de los principales hándicaps que ha sufrido el equipo en los últimos 12 meses: no saber cerrar los encuentros cuando se pone en ventaja.

El conjunto de Calleja ha repetido en los dos choques de esta nueva Liga una vieja costumbre de dejar escapar puntos en partidos que están encarrilados. Tanto contra el Granada como frente el Levante, los groguets comenzaron golpeando primero a sus rivales; en ninguno de los dos partidos pudieron sumar de tres. No es un problema desconocido.

La pasada temporada, el Submarino dejó escapar hasta 17 puntos después de adelantarse en el marcador. En siete de los 17 encuentros en los que lo consiguió, el equipo no supo o no pudo rematar la faena, ya fuera por deméritos propios, por aciertos del rival o por errores o excesiva rigurosidad arbitral, como el pasado viernes ante el Levante.

ÚLTIMA VISITA BLANCA / Precisamente, en la última visita del Real Madrid los amarillos no aprovecharon el tempranero gol de Cazorla para encarrilar el choque y, al final, se tuvo que recurrir a otro gol del asturiano en la recta final para salvar un punto. Real Sociedad, Alavés, Rayo, Espanyol, Celta y Huesca también tuvieron poder de reacción la pasada temporada tras verse atrás en el marcador, así como el Rangers y el Spartak en competición continental.

En lo que respecta al presente ejercicio, la facilidad con la que los amarillos han recibido goles ha sido el factor fundamental que ha provocado que se resista la primera victoria. El recién ascendido Granada fue capaz de profanar hasta en cuatro ocasiones la portería local de La Cerámica, mientras que el Levante no necesitó ser superior en ningún momento al Submarino —quizá sí un pequeño empujón desde el VAR— para remontar un 0-1.

FACILIDADES ATRÁS / En total, seis goles encajados en 180 minutos, lo que supone la segunda marca más negativa del conjunto amarillo en su trayectoria en Primera División. Solo en la campaña 2011/2012 —con el desenlace final del descenso a Segunda A— el Villarreal recibió más goles tras las dos primeras jornadas del campeonato, fruto de un contundente 5-0 encajado en el Camp Nou en el estreno de la citada temporada y el 2-2 frente al Sevilla en el entonces Madrigal en el primer partido en casa.

Según apunta Efe, la media histórica de goles recibidos por el Villarreal en las dos primeras jornadas es de tres tantos, justo la mitad de los que lleva encajados. Ante el Madrid habrá que cerrar el boquete defensivo.