Ocho finales y ocho títulos en la Rod Laver Arena de Australia que es el patio de casa de Novak Djokovic, como Roland Garros lo es de Rafael Nadal (12 títulos) y la hierba de Wimbledon lo era de Roger Federer (8). En una maratoniana final, remontando un marcador en contra, el tenista serbio se apuntó el título al vencer en la final al austriaco Dominic Thiem por 6-4, 4-6, 2-6, 6-3 y 6-4. Djokovic se acerca con 17 grandes a los 19 de Nadal y los 20 de Federer para recuperar el número 1 mundial este lunes por solo 325 puntos de ventaja sobre Nadal. En ese nuevo orden mundial, Roberto Bautista cae de la novena a la 12ª plaza, después de dejarse 270 puntos en el primer Grand Slam del año. El de Benlloc alcanzó los cuartos de final en el 2019 (cayó frente al griego Stéfanos Tsitsipas) y en este 2020 dijo adiós en tercera ronda (el croata Marin Cilic fue su verdugo).

Thiem tuvo la oportunidad de romper una racha de 13 Grand Slams ganados por el Big 3 desde que Stan Wawrinka ganó el Abierto de Estados Unidos en el 2014, precisamente imponiéndose a Djokovic en aquella final. El austriaco tuvo la ocasión de acabar con el dominio de los tres mejores tenistas de la historia y abrir una nueva década con otro campeón. Como Daniil Medvedev en Estados Unidos también forzó a Nadal a cinco sets. «Es un orgullo compartir esta época con vosotros que habéis puesto el tenis a otro nivel», felicitó el finalista de Melbourne al campeón.

MARATÓN DE JUEGO // El primer set anunciaba la batalla de 4 horas y cinco sets que iban a mantener en juego y emoción los dos tenistas. Djokovic fue el primero en romper (2-0) imponiendo un ritmo rápido para impedir que Thiem le llevara a un pulso de fuerza. El austríaco sufría en cada servicio, pero igualó el marcador (4-4), aunque la alegría le duró poco. El serbio recuperó el break y cerró la primera manga. En la segunda, una doble falta del campeón dio la rotura a Thiem (2-2). El partido ya había cambiado. El juego rocoso, potente y valiente del austriaco hacía dudar a su adversario, que fue a remolque a pesar de igualar el marcador (4-4).

Fue un golpe duro para Djokovic, que cedió el set. Y lo ha aprovechó Thiem para colocarse con una ventaja inalcanzable (4-0) en el siguiente. El serbio había perdido su convicción y su energía. El austriaco hacía lo que quería con la bola. Con dos sets a uno para Thiem, Djokovic soplaba buscando una calma inspiradora. La encontró en el octavo juego y le ayudó una doble falta de su oponente. No lo desaprovechó Novak para ganar el cuarto set en su siguiente saque en blanco.

Quinto y decisivo parcial. Thiem lo empezaba con más de 21 horas en sus piernas desde que comenzó el torneo. Djokovic lo afrontaba con una energía más recuperada para plantar batalla tras haber estado grogui. El campeón volvía a estar metido en la batalla. El serbio hizo el break (2-1) y salvó un 30-40 después, para adelantarse 3-1 y colocar a Thiem contra las cuerdas. Volvía a sacar el puño para celebrar los puntos. El austriaco se defendía como podía. Seguía luchando. Pero Djokovic, después del sufrimiento, ya no desaprovechó su ventaja. Con el saque, tras 4 horas, certificó su octavo Abierto de Australia.