Un jugador exquisito como Luka Modric fue el primer expulsado de la Liga. Pero no fue una expulsión cualquiera la del futbolista croata, que apenas veía la segunda roja de la carrera, la primera directa. Era la plasmación de uno de los cambios del reglamento. Modric fue expulsado en Balaídos por un pisotón por detrás a Denis Suárez que le dobló el tobillo izquierdo.

Los jugadores del Madrid protestaron, con Sergio Ramos a la cabeza. El capitán, al final del encuentro, aceptó el dictamen tras ser informado de que era una de las novedades reglamentarias.

La letanía del perjuicio

«El VAR está para ayudarnos, y si es para proteger el fútbol, estas decisiones son bienvenidas», dijo Ramos, sin dejar pasar la oportunidad de alargar la letanía del Madrid de los últimos años de ir criticando a los árbitros. «Hoy nos ha perjudicado esa decisión. Tendríamos que verla detenidamente», comentó pese a que había sido revisada detenidamente.

Manos para discutir

Hay otros cambios, aprobados desde el 2 de marzo por la International Football Assotiation Board (IFAB), el organismo que tutela las normas del fútbol, que afectan al bote neutral (la pelota se dejará caer para un solo jugador, el primer adversario estará a cuatro metros), el saque de puerta (se podrá jugar dentro del área, pero los rivales deberán esperar fuera) o las barreras (no se podrán juntar a ella jugadores del equipo lanzador si es de tres defensas o más).

LA IFAB trata de limitar la concepción de lo que se consideran manos. ¿Lo conseguirá? «El fútbol no acepta los goles con la mano ni aun en el caso de que la mano sea de forma meramente accidental. Si es voluntaria, el infractor deberá además ser sancionado por el árbitro», dictó.

Es decir, la intervención de una mano, ya sea voluntaria o involuntaria, en una acción que acabe o no en gol invalidará la jugada. Las manos, aunque sean accidentales, serán siempre sancionadas si el árbitro observa alguna intencionalidad o un movimiento antinatural del jugador.