Kiko Ramírez llegó al CD Castellón con una obsesión: ser un equipo defensivamente fiable y que encajara pocos goles. Un primer mandamiento del preparador tarraconense que a medida que han ido pasando las jornadas está dejando de cumplirse.

El entrenador del conjunto albinegro trabaja cada semana la estrategia defensiva, los movimientos tácticos y no cesa de incidir a los suyos en que hay que ser menos contemplativo y que deben estar muy pendientes de las corberturas en las transiciones ataque-defensa.

Pero pese a las horas invertidas en trabajar dichos aspectos futbolísticos, el conjunto castellonense no termina de asimilar dichos conceptos y los números, defensivamente hablando, no son los mejores para un equipo que aspira a ascender a Segunda División B. Por fortuna, los guarismos ofensivos sí que acompañan y el equipo de Kiko Ramírez ocupa puesto en zona de play-off.

MALA DINÁMICA // La dinámica por la que atraviesa el Castellón en estos momentos no es la más óptima. Los de la capital de la Plana acumulan siete partidos consecutivos encajando goles. No en vano, no dejan su portería a cero desde el pasado 13 de febrero, cuando igualaron 0-0 en el campo del Atlético Saguntino, el líder del grupo VI de la categoría.

Después de ello, el combinado de Ramírez no ha podido hacerse fuerte en su área, recibiendo incluso varapalos como la goleada por 4-2 en Orihuela, donde llegó a ir perdiendo hasta por 4-0.

En una categoría en la que la defensa prioriza sobre el ataque, con un grupo tan igualado que te puede ganar cualquiera, no es buena noticia que los orelluts solo hayan mantenido a cero el marco de Álvaro Campos en 9 de los 32 encuentros jugados, siendo tres de ellos de la mano de Calderé.

Por tanto, ahora Ramírez ha aleccionado a los suyos de que toca atarse los machos, puesto que restan tan solo cinco jornadas para cerrar el campeonato regular y deben basarse en la solidez defensiva para clasificarse para el play-off de ascenso.

Los albinegros tienen tres puntos de ventaja ante el 5º clasificado y deben mejorar la obsesión de Ramírez: el trabajo defensivo. H