Este verano no hay ni partido de presentación ni puesta de largo del CD Castellón en Castalia, puesto que las obras de mejora en las gradas y la iluminación impiden su uso hasta el primer encuentro de la temporada, si es que no hay intercambiarlo en el supuesto de que las reformas no hayan acabado. Eso sí, lo que no falta, es la tradicional visita a la basílica de la Mare de Déu del Lledó, acompañada de la subsiguiente ofrenda de flores y demás protocolo.

Esta vez, la primera petición fue la de una temporada tranquila, sin tantos sobresaltos. Es decir, amarrar la salvación sin agobios y, a partir de ahí, que sea lo que la competición quiera.

La comitiva del Castellón, como es lo habitual, estuvo compuesta por la plantilla y el cuerpo técnico, junto a miembros del consejo de administración. El presidente, Vicente Montesinos, estuvo con integrantes de la directiva (Alfonso Hernández, Carlos Montesinos, Javier Heredia y Jordi Bruixola), a los que se unió la concejala de Ermitas del Ayuntamiento de Castelló, Pilar Escuder. Todos ellos fueron recibidos por el prior de la basílica, Josep Miquel Francés.

El máximo accionista y dirigente del club, junto a los capitanes (repiten David Cubillas, Marc Castells y Álvaro Campos, a los que se suma Rafa Gálvez), realizaron también una ofrenda floral a la patrona de la capital de la Plana, a quien el Castellón le pide muchos éxitos para la temporada que, para los albinegros, arranca en un par de semanas, visitando al Sabadell.