La polémica en el próximo encuentro en La Cerámica está servida. Jesús Gil Manzano volverá a arbitrar al Villarreal, esta vez desde el terreno de juego, en el partido de este próximo domingo ante el Real Madrid. La RFEF hizo ayer públicas las designaciones arbitrales para la tercera jornada de LaLiga y en ellas sorprendió que tan solo tres días después de la polémica en el Ciutat de València el colegiado extremeño volviera a cruzarse en el camino de los amarillos. José Luis González González será en esta ocasión el encargado de revisar las imágenes dudosas desde la sala de VAR.

Los encontronazos entre el Villarreal y Gil Manzano llevan camino de convertirse en un clásico de LaLiga desde que hace dos años y medio el colegiado extremeño concediera un rigurosísimo penalti al Real Madrid en el todavía El Madrigal que se tradujo en el inicio de la remontada visitante (un 2-3 final) y que provocó la indignación del presidente de la entidad amarilla, Fernando Roig, que cargó contra el árbitro tras el encuentro.

MALESTAR EN EL CLUB

El pasado viernes, Jesús Gil Manzano volvió a indignar a jugadores, cuerpo técnico, directivos y aficionados del Submarino, esta vez desde la distancia, como juez del VAR del Levante-Villarreal. Esta vez, aparte del lógico enfado del entrenador groguet, Javier Calleja, por los dos penaltis en contra señalados y la repetición del primero, tras haberlo detenido Andrés Fernández, a instancias del videoarbitraje —«el primer penalti es súperriguroso, después no se tiene que repetir y la acción del segundo es muy interpretable», valoró el madrileño—, no hubo reacción pública institucional por parte de la entidad amarilla, aunque el enfado de los dirigentes del club era más que evidente.

Cuando parecía que la tormenta iba a pasar sin mayores consecuencias que el disgusto lógico de un Villarreal que se sintió perjudicado en Orriols, llegó ayer la decisión, como mínimo, sorprendente, del Comité Técnico de Árbitros de la RFEF de colocar a Gil Manzano en un partido de los amarillos. Una designación que en buena parte del entorno groguet se entiende como una provocación innecesaria que calderá el ambiente previo del Villarreal-Real Madrid del domingo y añadirá una enorme presión no tan solo al propio Gil Manzano sobre el césped de La Cerámica, sino también al colegiado encargado de revisar las jugadas a través de las imágenes de televisión.

Si a la cúpula de la entidad amarilla no le habrá sentado nada bien la designación de Jesús Gil Manzano para un partido que el Villareal necesita sacar adelante para no llegar al primer parón de la Liga estancado en la zona baja, entre los seguidores amarillos la indignación era patente, como dejaron constancia en las diferentes redes sociales.

LA OPINIÓN DE UN EXPERTO

Tampoco desde fuera del entorno del club vila-realense se entiende demasiado la decisión después de la polémica de pocos días atrás generada por las decisiones desde el VAR de Gil Manzano en el Levante-Villarreal. «Algunas veces parece que el Comité Técnico vive en otro mundo», señalaba el exarbitro internacional español Eduardo Iturralde González en los micrófonos de la Ser. «Creo que debe haber un poco más de tacto. Todo este revuelo se podría haber evitado», añadía Iturralde.

Pese a la polémica, la elección de Gil Manzano para el partido que cerrará la tercera jornada de Liga en La Cerámica no tiene vuelta atrás. El Comité Técnico no suele variar sus decisiones.