Hace semanas que Kiko Ramírez ya advirtió de que el Castellón tenía puesto el modo play-off. Él, el primero. Mientras trataba de dirigir la nave albinegra, por las siempre peligrosas y plagadas de tramas aguas de la Tercera División, rumbo a la fase de ascenso, el entrenador albinegro tenía muy presente que su plantilla, aunque amplia, llegase lo más fresca posible a la fase decisiva, máxime cuando hace semanas que perdieron toda la opción de revalidar el título de campeón de grupo y, en consecuencia, dejaba la posibilidad de ascender a superar tres eliminatorias. Así lo ha hecho en el último mes, en el que, a pesar de las lesiones (no solo de la delantera, aunque sobre todo de esta línea), ha oxigenado el equipo.

Está claro que este ejercicio no son los 60 partidos de la pasada campaña (debido a la Copa RFEF). Con todo, el desgaste es innegable, máxime cuando varios jugadores ya han tenido que parar en las últimas jornadas debido, precisamente, al devenir de la competición (lesiones aparte).

EL RECUERDO está fresco // Aunque no estaba todavía, Ramírez es perfectamente consciente de que el equipo llegó muerto al play-off de hace un año (hubo una concatenación de errores que provocó la doble eliminación, primero a manos del Linares y, después, del Haro), aunque la sobrecarga de minutos de los titulares, que también acumularon horas de vuelo (y desplazamientos) para llegar a la final de esa otra competición, minimizó los recursos de una plantilla que, a la postre, tampoco estuvo a la altura.

Salvo Campos, la columna vertebral del Castellón se ha sometido a la oxigenación de Ramírez (lo cual no quiere decir que no vaya a rotar y dejar su sitio a Sabater). En los laterales, Luismi se verá obligado, forzosamente, a descansar, a raíz de los cuatro partidos de sanción por la expulsión del pasado sábado, castigo que el Castellón trabaja en reducir. En el otro costado, Juanfran viene de no jugar en Buñol y disputó solamente la primera parte en Orriols. Uno de los mayores ejemplos de la gestión de plantilla es la de los tres centrales. Juanra está por encima (en minutos acumulados) que Guille Vázquez y Arturo, aunque el de Estivella ya sabe que tendrá un respiro en las dos jornadas que restan.

En la medular, la espalda de Castells le ha obligado a perderse más partidos de lo esperado, pero ha permitido la irrupción (y consolidación) de Carlos López. Marenyà, habitual compañero del de sueca en el eje, fue suplente en Crevillente y vio la última victoria, la que terminó de certificar la presencia albinegra en la promoción, desde el banquillo del Beltrán Báguena.

MÁS VAIVENES // El resto de la alineación base ha estado más expuesta a los vaivenes. En los extremos, Carrillo, Dani Pujol y Ebwelle han tenido un reparto bastante equilibrado en los meses de marzo y abril (Jesús López y Jorge Giménez están en este ránking un peldaño por debajo). Meseguer, en la mediapunta, ha pasado también por el banquillo para comenzar a parecerse, en los partidos más recientes, en la versión demoledora que fue.

En punta, las lesiones han limitado mucho más el margen de maniobra de Ramírez, hasta el punto de que no tenga a nadie para las dos últimas jornadas, en las que el Castellón aún persigue el tercer puesto (está a dos puntos) y el segundo (a cuatro). H