Pablo Herrera ha vuelto a la arena para empezar a trabajar con el balón más de tres meses después. El jugador de voley playa castellonense había estado trabajando en casa durante todo el confinamiento y, desde que las autoridades sanitarias lo aprobaron, había completado sus entrenamientos con sesiones en la arena. Ahora, tras haber superado la desescalada e iniciado la nueva normalidad tras el parón por el coronavirus, el medallista olímpico ha iniciado una nueva etapa en su preparación en las playas de Castelló.

«Para llevar tres meses y pico sin tocar el balón, los primeros entrenamientos no han estado tan mal. Habrá que ir viendo cuando vaya acumulando jornadas lo que cuesta recuperar y ahí nos daremos cuenta de cómo estaba realmente», explica.

Para Herrera era importante «volver a tocar pelota y sentir otra vez el jugar al voley playa», unos ejercicios que desde ayer empezó a realizar bajo las órdenes de su entrenador, Fran Marco, quien se desplaza hasta la capital de la Plana durante una semana para coordinar el trabajo que va a realizar en los próximos meses. Luego hará lo mismo con la pareja de Herrera en la arena, el gaditano Adrián Gavira, quien se encuentra en idéntica situación.

«Fran va a estar conmigo una semana, para que podamos entrenar juntos y vayamos cogiendo ritmo poco a poco», añade el castellonense ante el regreso a la normalidad deportiva.