El gran reto de David Cruz, en este momento, debe ser recuperar a los miles de seguidores que continúan siendo del Castellón, pero que han dejado de acudir a Castalia. Es cierto que el actual presidente ha cometido bastantes errores de bulto, muchos de ellos en el área social, pero también lo es que Cruz se ha convertido en algo así como el llanero solitario que mantiene con vida a la entidad, y en muchas ocasiones todavía doy gracias porque después de todo lo que ha sufrido este club, y de las escasísimas ayudas institucionales que ha recibido en los últimos años, todavía vive tras haber superado la horrorosa gestión, que lo ha conducido a esta situación, de Antonio Blasco, como principal responsable. Sí, de Blasco, aquel que siempre intentaba callar la boca de quien suscribe acudiendo al poder político y a la amenaza cuando empecé a poner el dedo en la llaga respecto a su forma de llevar la entidad, igual que alabé en sus inicios lo que consideraba estaba bien hecho y la seriedad económica de los primeros años.

Son muchos los que me preguntan por el Castellón. El pasado jueves coincidí en una popular zona de ocio de Castellón con un grupo de fieles seguidores albinegros, reacios a la gestión de Cruz, pero con consciencia de la situación real.

El Castellón ya no puede vivir más de aquella final de Copa, porque la realidad ahora es otra, igual que tampoco sirve recordar viejos tiempos pasados de gloria. El club está ahora en Tercera, con una situación agónica a la que todos deben adaptarse con humildad pero también con pasión por su club. Y, desde luego, con sus muchísimos defectos lo que no le puedo negar a Cruz es su pelea por salvar el concurso de acreedores y cumplir con los compromisos con Hacienda y Seguridad Social, porque su incumplimiento es la defunción del Castellón. Yo preferíria otro presidente con más mano derecha, más poder económico y puede que también con más humildad, igual que me gustaría que hubiese trabajo para todos y un gobierno estable para nuestro país. Pero lo único que puedo hacer, o podemos hacer todos, es luchar y pelear para que las cosas cambien. Lo mismo pido para el Castellón: paz social. Y el primer paso es recuperar el calor de la grada de Castalia. Cruz debe propulsar un pacto de paz, que sume y no reste a nadie. Lo más importante es el CD Castellón y no la exaltación de egos de determinados miembros de algunas asociaciones de accionistas que le han hecho mucho daño al club. Y me da igual, porque estoy curado y ajeno a las iras de los incendiadores de las redes sociales, porque un día decidí que estamos en un estado de derecho y cuando se rebasan los límites, para eso están los juzgados. También me refiero a los que acuden a un estadio para insultar o fomentar la violencia. Al Castellón le sobran.

Yo considero dos buenos albinegros a Conrado Marín e Isidoro Gasque, aunque también entre sus asociaciones se haya incitado a la violencia por algunos de sus miembros --y ellos lo han permitido--, y les invito a empezar a impulsar ese pacto de Castalia por el bien del Castellón. Y continuaría con muchos aficionados más que disienten de la política de Cruz. Yo también discrepo de muchas de sus meteduras de pata, pero el Castellón se la juega en las 17 jornadas que restan. El primer paso es meterse en la promoción y luego llegar bien a ella. Con Cruz o sin Cruz el Castellón es lo fundamental y lo que los une a todos. Y tampoco estaría de más que el presidente tomará buen ejemplo de gente honesta y trabajadora como su jefe de prensa Alberto López, consejeros como Juan Carlos de Celis o de su propio entrenador, Kiko Ramírez. Bueno y también de muchísimos de ustedes, que me consta son y serán del Castellón siempre. Ahora falta olvidar rencillas y malos rollos, y sumar fuerzas para construir un CD Castellón fuerte y sano. PPO. H