Fue bonito mientras duró. El Villarreal CF dejó en 14 su récord de partidos invicto de forma consecutiva en la presente temporada en Primera División, tras caer ante un Las Palmas que se plantó en el Madrigal bien ordenado, que frenó la línea de creación amarilla y que aprovechó una de las tres ocasiones de que dispuso para llevarse los tres puntos (0-1).

Amplio sería el debate de si fue justo o no. Lo cierto es que el Submarino jugó ayer con nula intensidad en la primera mitad, con poca profundidad y en la segunda, pese a que mejoró, tampoco mostró su imagen habitual, y en Primera División no solo basta con tener más calidad que el rival.

Marcelino continuó con su política de rotaciones y realizó cinco cambios en el once titular con relación al dispuesto en Balaídos. Bonera suplió a Bailly en el eje de la zaga, Bruno reemplazó a Trigueros en el centro del campo, Castillejo entró por Nahuel en la derecha y los dos delanteros fueron nuevos: Soldado y Adrián López, por Baptistao y Bakambu.

Pero pese a la hipotética frescura gracias a los cambios, el Villarreal ofreció una primera mitad muy apática. El equipo no arrancó y se mostró a nivel de intensidad bastante por debajo de lo que suele ser habitual en él.

Quique Setién planteó el partido de forma coherente, colocando tres mediocentros, con Montoro de pivote y Momo y Jonathan Viera de interiores, que le robaron el balón literalmente a Pina y Bruno, que se veían superados.

Las Palmas, sin hacer ruido, se adueñó del balón y al Submarino le costaba generar fútbol y ocasiones. Eso sí, el dominio Pío Pío era carente de profundidad. Hasta que al filo del minuto 25 se comenzó a animar la cosa.

Fue Soldado el primero que la tuvo, en un mano a mano tras excelente asistencia de Adrián López, pero el Killer valenciano mandó una buena vaselina que se perdió fregando el poste izquierdo de Javi Varas.

Sin solución de continuidad, tres minutos después, le sucedía lo propio a Las Palmas, con una galopada de Willian José cuyo mano a mano fue desviado lo justo por Bonera, para mandar el esférico a córner.

Y de ese saque de esquina llegó el tanto de los canarios. Tras sacar en corto, el balón llegó al corazón del área y David García se anticipó a su par y anotó de preciso testarazo casi por la escuadra. Era el minuto 29, Las Palmas se adelantaba (0-1) y el récord de imbatibilidad de Areola, establecido ahora en 619 minutos.

Un tanto que dejaba más tocada si cabe la moral de un Villarreal demasiado timorato en la primera mitad, en la que el repliegue de líneas de Las Palmas y su mejor hacer con el balón en los pies le valió para marcharse al descanso con ventaja.

MAYOR DINAMISMO // A buen seguro que Marcelino le leyó la cartilla al equipo en los vestuarios, ya que en el segundo acto la actitud grogueta fue otra bien distinta. La primera medida fue introducir a Baptistao nada más reanudarse el choque, por un casi inédito Castillejo.

El hispano-brasileño actuó como centrocampista de banda derecha, dando mayor verticalidad al bloque amarillo.

En dicho acto fue el Submarino el que se adueñó del balón, en especial cuando Marcelino dio entrada a Manu Trigueros por Pina, y a Bakambu por Adrián López. Pero aún y con eso, faltaba fluidez para generar ocasiones.

Las Palmas unía muy bien sus dos líneas de cuatro y cinco futbolistas, dejando solo arriba a Willian José como islote. Y al Villarreal le costaba generar un peligro que solo se traducía en centros venenosos desde las bandas que se paseaban por el área.

Bakambu fue el primer en acercarse al gol, tras un buen centro de Adrián Marín (min. 77). El congoleño se quedó solo en el área pequeña, cuyo testarazo a bocajarro no encontró portería.

Tres minutos después, Mario realizó una de sus habituales subidas por banda y rozó el empate con un tiro raso que salió muy cerca del poste derecho de Javi Varas.

reclaman PENALTI // Pero la jugada más polémica en la recta final de choque llegaba en el minuto 84, cuando Garrido impactaba con su hombro en la espalda de Soldado, mandándolo al suelo. Un penalti muy reclamado por el propio delantero, que le repitió tres veces “has visto que me ha empujado”. En la siguiente jugada Araujo casi sentencia, pero no. Y Denis Suárez le echó coraje y pudo empatar desde fuera del área a falta de dos minutos, pero Javi Varas se lució con un paradón.

No hubo tiempo para más. El Submarino deja su racha de partidos sin perder en Liga en 14 consecutivos, ante un Las Palmas serio y ordenado. Fue más demérito de un Villarreal gris y con poca mordiente que mérito del voluntarioso equipo Pío Pío. H