Es habitual que los niños y niñas quieran ser futbolistas profesionales, pero no lo es tanto que quieran ocupar la demarcación de portero. Eso sí, cada vez son más. El Villarreal CF cuida a los guardametas de su fútbol base con el objetivo de que crezcan a pasos agigantados.

Además de los entrenamientos con sus respectivos equipos, los entrenadores de porteros de toda su estructura deportiva han ideado una serie de entrenamientos específicos con tal de que los jóvenes suban más de nivel. Supone un esfuerzo por parte de todos. Los entrenadores trabajan más y los chavales entrenan más días. El esfuerzo merece la pena.

Uno de los entrenadores implicados es Marc Ramírez, preparador en el Villarreal B. Los entrenamientos están enfocados a la mejora constante y a que los chavales se lo pasen en grande. «Cada día hay más niños que quieren ser porteros. Lo importante es que los chavales disfruten y que aprendan al máximo. Trabajamos la coordinación y también simulamos situaciones que los chavales se pueden encontrar en los partidos del fin de semana», asegura Marc Ramírez.

Junto a Marc Ramírez participan otros diez entrenadores de porteros. «Somos 11 entrenadores de porteros y creo que hay que agradecérselo al club. Salimos a tres canteranos por cada entrenador y es una maravilla poder trabajar en estas condiciones. Hacemos sesiones conjuntas con varios equipos y también le estamos dando importancia al fútbol 8. Creíamos que teníamos que dar un plus al trabajo de porteros. Es reconfortante porque los chicos son agradecidos y tienen ganas de aprender», asevera.

Las sesiones específicas se suelen realizar cada dos semanas, aunque la idea es ir reduciendo el intervalo «Tampoco queremos perjudicar mucho a los equipos separando a los porteros de sus compañeros», recuerda.

El fruto del trabajo es palpable. «El nivel de la cantera está en uno de sus mejores momentos. Muchos metas van con sus selecciones. La captación está siendo buena y aquí tenemos de todo para que los chavales crezcan muchísimo», finaliza Marc Ramírez.