En sus alrededores te saludan bicicletas y motos de todo tipo. Cuando entras, en las paredes lucen infinidad de cuadros de equipos ciclistas, destacando una con Miguel Indurain en su época grande.

En las dos pantallas grandes de televisión está puesto el Villarreal-Granada, no en vano, los propietarios son socios del Submarino. Pero lo más curioso de la imagen es ver cuatro cuadros en los que luce: «Peña Valencianista de Eslida», «Peña Barcelonista de Eslida», «Peña Madridista de Eslida» y «Peña Atlética de Eslida»... y el quinto cuadro está encargado.

«Mel tenen que portar que ja està demanat, que ací som del Villarreal», te explica Vicent, uno de los hijos de la propietaria.

Es el Restaurante Paquita de Eslida, un reducto del deporte en las entrañas de la Sierra de Espadán. Una zona de encuentro de runners, bikers y moteros, siempre rodeados de futboleros.

Entre sus asiduos, la familia del capitán del Villarreal CF y el propio Bruno Soriano, de la vecina Artana; uno de sus hijos adoptivos más ilustres, el exjugador del Valencia y Levante entre otros, Vicente Rodríguez, Vicentín, que tiene residencia de fin de semana en Eslida; o el consejero del Villarreal CF Pasqual Ibáñez, un fijo siempre con la equipación ciclista y que tiene allí parada obligada.

Pero lo mejor, además del carajillo, es la tertulia futbolera. ¿Se imaginan debatiendo a los del Villarreal, Valencia, Barça, Madrid y Atlético juntos? Pues sí, allí sucede. Lo bueno es que todo acaba entre sonrisas... tras discutir claro.