El Amics Castelló se había hecho ilusiones de play-off, pero estas esperanzas se alejan un tanto tras su clara derrota de esta noche ante el San Pablo Inmobiliaria de Burgos. Ha sido una actuación mala, en la que nadie ha estado en su nivel habitual. Sin duda alguna, el peor choque de la temporada.

El Burgos empezó muy enchufado con dos triples consecutivos, dos mates y sorprendiendo con la defensa en zona que planteó de inicio y que variaba por momentos. Los locales no encontraron vías para hacer daño y tuvieron en Eric Sánchez el único que puso anotar en los primeros 5 minutos. Tras un nuevo triple castellano, la situación se puso bastante fea en el minuto 7 (6-15), con lo que Toni Ten pidió un tiempo muerto. Salieron Chema, el revulsivo habitual, y Garrett, pero los visitantes seguían con un inusual acierto desde más allá de la línea de 6,75 (10-23, min. 9). Entonces Toni Ten optó por un quinteto más ligero en pista, con Faner en la dirección y unos pívots ligeros como Bortolussi y Garrett, para presionar en toda la pista y apretar más las clavijas en defensa.

Por desgracia, en el segundo cuarto, poco cambiaron las cosas. De hecho, el guión fue idéntico. El San Pablo Burgos echaba mano de su defensa en zona continuamente, metía triples de todos los colores (aprovechaban sobre todo las concesiones de su riavl en los bloqueos) y los de La Plana no lograban ver aro con facilidad. Además de encontrar pocas opciones claras, no tenían acierto. En definitiva: no les salía nada. De este modo, la sangría se fue haciendo mayor y el choque parecía visto para sentencia en el descanso (23-41). Ver para creer.

No quedaba otro remedio que en la reanudación salir mordiendo en defensa, a morir matando. Entonces se vio durante unos minutos al verdadero Amics con sus señas de identidad: defensa agresiva y transiciones rápidas. Esta chispa sirvió para ver mejor al equipo de La Plana, pero no para recortar en exceso. El combinado castellonense probó con la defensa individual primero y luego con una mixta, además de presionar en toda la pista en alguna situación, pero el San Pablo Burgos tenía recursos para encestar y no ver peligrar su clara victoria. Fue en el tramo final del tercer periodo cuando los locales, y parte de su afición, empezaron a desinflarse del todo y a pagar su frustración con los árbitros. Cierto es que no estuvieron muy finos los colegiados, pero no fueron los culpables de la derrota.

La recta final del envite solo sirvió para alargar la agonía de un equipo que pasó por su noche más aciaga de la temporada y para ver el debut del joven canterano Alejandro García.