Madrid y Barça llegaron al parón de selecciones con los ánimos apaciguados tras un inicio de curso marcado por los malos resultados (unos en la Champions y los otros en la Liga) y el runrún generado, con los entrenadores en el punto de mira. Con el ambiente más calmado, Mallorca y Eibar aguardan el sábado a merengues y culés en el regreso a la Liga con la idea de sumar otro triunfo antes del clásico del día 26 (13.00 horas) en el Camp Nou. Estas semanas de menos tensión han servido a Zidane y Valverde para analizar las patatas calientes que les vienen encima. En la Castellana, Zizou no encuentra solución para el centro del campo. Modric no es el que era y Florentino parece haber descartado definitivamente el fichaje de Pobga, la apuesta firme del técnico francés, quien no aceptó a Eriksen (Tottenham), la alternativa preferida por el presidente y que parece tener un acuerdo para incorporarse al Bayern de Múnich el próximo enero.

A ese mercado invernal también parece decidido a acudir el Madrid, que ha iniciado los contactos con el Ajax en busca de dos refuerzos inmediatos.

Van de Beek (centrocampista de 22 años) y Ziyech (mediapunta de 26) son los objetivos de un Real Madrid que apuesta claramente por dos de los máximos valores futbolísticos de un Ajax que sigue firme en la Eredivisie y la Champions League --líder en las dos competiciones--.

Una cifra cercana a los 112 millones de euros podría precipitar la llegada de Van de Beek al Madrid en enero, un jugador que ya estuvo en la órbita de la casa blanca en verano. En el caso de Ziyech, su club intenta blindarlo, aunque sus servicios se cotizan en torno a los 50-60 millones de euros. Una cifra similar a la que pagó por Luka Jovic en verano.

Pesadilla de un goleador

El delantero serbio está viviendo una pesadilla con su equipo y con su selección. Poco podía imaginar que seguiría sin estrenarse como goleador después de 10 partidos con los blancos y que su seleccionador le haya castigado por decir que estaba lesionado y jugar cuatro días después con su equipo.

Valverde también tiene trabajo extra en la Ciudad Condal. Rakitic ha dejado de ser imprescindible y el club no quiere ampliar su contrato (finaliza en el 2021) pese a que es un peso pesado dentro del vestuario. Es más, le presiona para que salga en enero porque necesita cuadrar las cuentas con un suculento traspaso cifrado en 50 millones, con Juve, Inter y PSG como posibles destinos.