En frente de los sindicatos de futbolistas, en el otro lado de la mesa de una negociación que vivirá el lunes su última y agónica cita para evitar la huelga, la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino (ACFF) presenta las reivindicaciones salariales mínimas de las jugadoras como una medida incompatible con la viabilidad de la Primera División del fútbol español.

Lo que piden las jugadoras es, hoy por hoy, insostenible, sentencia Rubén Alcaine, presidente de los clubes femenino, en declaraciones a El Periódico. La competición genera lo que genera y creemos que el mínimo de 8.000 euros anuales se ajusta a la realidad, amplía Alcaine.

El gran foco de disensión es el grado de parcialidad de los contratos, entre el 50 por ciento al que están dispuestos a llegar los clubes y el 75 por ciento de la jornada que exigen las jugadoras. Si se pudieran generar más ingresos, seríamos los primeros encantados en mejorar esas condiciones de mínimos, asegura el presidente de los clubes, que considera el conflicto innecesario: No creemos que sea el momento, ni consideramos que el mínimo salarial actual sea para tomar estas decisiones, sentencia el mandatario de los clubes.

INFLACIÓN INSOSTENIBLE

Desde la ACFF (compuesta por todos los clubes de Primera División salvo el FC Barcelona, el Athletic Club y el CD Tacón) señalan que el aumento del gasto mínimo salarial supondría un perjuicio económico que sería inviable para mantener los estatus en las plantillas y el saneamiento económico de la liga. No hay una plantilla que tenga a todas sus jugadoras con el salario mínimo, en todos los equipos hay sueldos más altos y subir los mínimos generaría una inflación insostenible expone Rubén Alcaine.

Los argumentos que esgrime la patronal para defender su postura se encaminan a reivindicar las mejoras que ya han implantado y a promesas de futuro: Todas las jugadoras de Primera cotizan a la seguridad social desde 2015 y están protegidas, pone de relieve la asociación de clubes. Otra cosa es que en el convenio se puedan mejorar esas condiciones, pero hay que ser consecuentes, ir poco a poco y no correr más de lo que deberíamos, asegura Alcaine.

Para abordar la última oportunidad de llegar a un acuerdo, el lunes tiene lugar la última reunión entre la patronal y los sindicatos de futbolistas, aunque ninguna de los dos partes parece dispuesta a ceder. La huelga es evitable hasta el último día..., dice Alcaine entre la resignación y la incredulidad. Si realmente analizan cómo se encuentran gran parte de las jugadores y valoran que han tenido una mejoría progresiva cada año en las condiciones, es para que se lo replanteen, comenta tajante.

EL GRAN PERJUDICADO

En lo que están de acuerdo los dos bandos de la negociación es en que el perjudicado es el fútbol femenino y el crecimiento exponencial que estaba protagonizando, ahora más sumido en el suspense que en el thriller. Esto es un frenazo, no es bueno. Más que acercar a las marcas, les genera dudas, reflexiona el presidente de los clubes femeninos.