Cinco minutos de reloj son muchos minutos. Incluso aunque la jefa de prensa te vaya mirando, reloj en mano y señalándote con sus dedos: 3, 2, 1. Cuando uno tiene la amabilidad y la profesionalidad de Pau Gasol, cinco minutos son suficientes para salir encantado de la cita en el Palau Blaugrana, el lugar donde millones de culés quisieran ver jugar sus últimos partidos al mayor de los Gasol. "Para que yo me retire en el Barça, deben alinearse todas las estrellas. No, no estoy pensando en ello, mi presente y futuro es la NBA".

-¿Qué significa para usted llegar a Barcelona, volver a Barcelona, descansar, si es que logra descansar, en Barcelona?

-Bueno, las sensaciones son, simplemente, las que busco: volver a casa que es muchísimo. Estar muy a gusto con la familia, los tuyos. Sensación de comodidad, de placer. Puedo hacer otras muchas cosas que no hago durante la temporada y, sobre todo, tengo más tiempo para mí. Me relajo que es, en el fondo, para lo que vengo, para volver más fuerte allí.

-Muy diferente, claro, a su vida y ajetreo en Estados Unidos, supongo.

-Totalmente distinto, claro. Aquello es, fundamentalmente, trabajo. Barcelona es mi ciudad, mi gente. Recibo mucho cariño. Allí, en Estados Unidos, es más popularidad, devoción por ser un jugador de élite. Como en casa, no hay nada, porque la gente de tu ciudad, de tu país, te siente suyo y ese roce es distinto.

-La NBA sigue siendo un fenómeno único.

-Es una locura, sí, una auténtica locura, porque está creciendo aún más, ya es un fenómeno global, cada vez tiene más impacto en todos los rincones del mundo, se mueven cifras desorbitantes y, bueno, eso es muy bueno para el baloncesto y para los que estamos metidos de lleno en esa fascinante competición.

-¿Les preocupa que los Warriors de Stephen Curry sean tan fuertes?

-Bueno, son los Warriors de todos, no solo de Curry. De Klay Thompson, de Draymond Green y, ahora, de Kevint Durant. Sin duda, sí, empieza a ser una preocupación a nivel general de la Liga y lo que intentan hacer el resto de equipos es reforzarse para competir con ellos, para complicarles los partidos y el título. Los demás intentan montar también ‘superequipos’ y arrebatarles el dominio que están demostrando.

-No es fácil, aunque tengas dinero, llegar a su nivel, supongo.

-Nunca es fácil competir ante un equipo tan grandioso, no lo es en ningún deporte colectivo. Cuando un equipo alcanza ese nivel, los demás tienen que trabajar mucho y durante mucho tiempo. Además, los Warriors tienen ahora, aparte de graniosos jugadores, una enorme confianza en sus fuerzas, en su juego, y tienen una química tremenda.

-¿Y usted cómo está?

-Estoy bien, muy bien, con ganas de seguir jugando en la NBA varios años más, los que pueda. Me encanta lo que hago. Para mí es un privilegio estar jugando en un gran equipo de la NBA y quiero seguir haciéndolo el mayor tiempo posible al más alto nivel. No quiero acabar mis días como deportista con malas sensaciones. Eso sí me gustaría evitarlo.

-¿Esta mejor que nunca?

-Bueno, hay que decir que mi nuevo rol en San Antonio me ha permitido jugar menos minutos, no tengo un papel tan de primera línea, y eso me permite no acumular tanta carga. Acabo menos cansado los entrenamientos, los partidos, con menos molestias, que eso también es importante, porque el cuerpo ya no es de 20 años. Por eso, la decisión de enrolarme en los Spurs tenía, entre uno de sus objetivos, alargar mi carrera y no acabarla antes.

-En pocos días será el 25 aniversario de la celebración de los Juegos Olímpicos en su ciudad. Tenía entonces 12 años. ¿Qué recuerda?

-Fue una experiencia inolvidable, única, que proyectó a Barcelona, a nuestro país, en todo el planeta. Tanto Marc como yo, gracias a mi padre, que buscaba y buscaba entradas por todos lados, pudimos ir a ver varios eventos y competiciones. Desgraciadamente no pudimos ver al ‘dream team’ en directo, pero saber que estaban aquí, ya era una sensación de orgullo e inspiración.

-El eco de Barcelona, en Estados Unidos, es tremendo, ¿no?

-Increíble, aún hablan de ello. Los Juegos de Barcelona serán recordados durante muchísimo tiempo por diferentes razones. Por aquella inauguración tan original, por el flechazo, porque tuvieron un impacto tremendo en la transformación de la ciudad, por el ‘dream team’, el original, que tuvo un impacto en mi deporte enorme. Y Cataluña demostró que, con el apoyo de todo el país, puede organizar de maravilla los grandes eventos, asumir grandes retos. Por eso Barcelona, hoy en día, es una de las ciudades más atractivas del mundo para los turistas.