El Barça se dispone a realizar una apuesta contranatural, con la coartada de que permitirá la supervivencia de su tridente ofensivo. Por mucho que Paulinho sea titular en la mejor 'Seleçao' desde 2005, para el barcelonismo, se antoja como un movimiento contracultural que el club se fije en un volante de casi 29 años, que fracasó en el Tottenham y que lleva desde el 2015 exiliado en el Guangzhou Evergrande, de la enigmática Superliga china.

El diagnóstico de Robert Fernández, que ha compartido con Ernesto Valverde, señala que, el último curso, el equipo se fracturó en la medular. El vértigo del tridente fundió el centrocampismo que restaba del mejor Barça de la historia. Y Luis Enrique, ya fuera por agotamiento táctico o por el desgaste en la gestión del vestuario, no encontró los mecanismos que parapetasen a la delantera más temida del planeta.

UN OBRERO COMO KEITA O MASCHERANO

La comisión deportiva y la junta coincidieron en la necesidad de incorporar a un volante de jerarquía, que llevó al debate interno entre ir a por Marco Verratti o por Philippe Coutinho. Era “el fichaje ilusionante”, que pregonó Josep Maria Bartomeu. Coetáneamente, el Barça se puso manos a la obra para encontrar un rectificador, un centrocampista ‘box to box’, maduro, sin ansias de protagonismo ni responsabilidad creativa, en definitiva, un guardaespaldas del tridente. Es lo que Rakitic hizo en el 2015. El perfil deseado era un obrero, un Keita o un Mascherano.

Se analizaron los 'barrenderos' de los equipos con un tridente ofensivo bien definido. Uno de ellos es la 'canarinha' de Tite. El seleccionador milagro ha rescatado el país de la depresión del 1-7 y el dunguismo, encadenando ocho victorias consecutivas en las eliminatorias Sudamericanas para Rusia 2018.

Conceptualmente, lo más parecido a la MSN es el ataque 'canarinho' con Neymar Jr., Philippe Coutinho y el ‘menino prodígio’ Gabriel Jesus. El renacimiento de la Seleçao no se entendería sin la generosidad de sus dos interiores, Renato Augusto y Paulinho que, casualidades de la vida, actúan, respectivamente, en el Beijing Guoan y el Guangzhou Evergrande, de la Superliga china.

EN TORNO A 27 MILLONES

El Barça se decidió por la ‘solución brasileña’. Fichar a Paulinho obliga a romper paradigmas y a cambiar el orden lógico de los flujos del mercado internacional. El debate sobre la idoneidad de rescatar un futbolista de la China, por un precio que rondará los 27 millones de euros entre fijos y variables, parece que tiene lógica. En Brasil, sin embargo, ya está superado hace dos décadas. Se abandonaron los prejuicios con ligas exóticas, cuando futbolistas del compromiso de Dunga o César Sampaio disputaron el Mundial de Francia 98 integrando, respectivamente, el Jubilo Iwata y el Yokohama Flugel, de la liga japonesa.

Neymar Jr. aparte, que ha firmado auténticos recitales con la 'verdeamarela' en la última campaña, Paulinho se ha erigido en la piedra angular de Tite, por la sostenibilidad de su rendimiento. Y es por este futbolista, que además regala un 'hat-trick' ante Uruguay (1-4), que el Barça apuesta.

BRILLAR SIN TITE

Tite es fundamental en la carrera del volante. Con un doble pivote ya mítico en Brasil, formado por Ralf y Paulinho, lo ganó todo con el Corinthians, rompiendo en 2012 el tabú de la Copa Libertadores de América y derrotando al Chelsea de Rafa Benítez, en diciembre, en la final del Mundial de Clubs. Las voces discordantes con Paulinho, que son pocas, apuntan que no brilla si no tiene Tite a su lado. El sábado, Neymar Jr., por si acaso, ya se postulaba para facilitar su integración en el vestuario. Le hará falta. “Será un futbolista importante, lo recibiremos muy bien”, aseguraba el extremo.