Emilio Ferrández Molés (Castelló, 3-7-2001) es uno de los jugadores más prometedores del voleibol nacional. A sus 18 años, el receptor castellonense ya ha debutado con la selección española absoluta y es uno de los jugadores cuya progresión se está siguiendo al detalle. Fue el pasado mes de septiembre cuando participó con los Red Lynxes en el Europeo y disfrutó de sus primeros minutos en el combinado nacional, siendo el más joven en participar en la competición continental. «Fue algo único que nunca podré olvidar. Debutar contra la actual campeona del mundo, Polonia, y jugar contra los grandes jugadores que tiene y delante de tantísima gente hizo mi debut mucho más especial para mí», confiesa el castellonense.

Aquello fue algo testimonial, puesto que España perdía en octavos por 3-0 y el seleccionador dio minutos a todos sus jugadores. Pero lo que sí le permitió ganar confianza fueron todos los días que pasó con sus compañeros de selección. Entrenamientos, sesiones de vídeo, ratos libres en el hotel de concentración, comidas y cenas en equipo… Una experiencia de la que pocos pueden presumir y que el castellonense ya ha vivido en primera persona.

«La resumiría, sin duda, como la mejor experiencia de mi vida. Me ha servido muchísimo como aprendizaje, ya que estar todos los días con los grandes compañeros que tienes al lado, que te ayudan siempre, hace que aprendas mucho más», añade.

Emilio Ferrández lleva cuatro temporadas en Palencia, formando parte de la concentración permanente de la Real Federación Española de Voleibol (RFEVB) y jugando en Superliga 2. Pero el club al que pertenece y en el que se formó es el CV L’Illa-Grau, con en el que se inició en el mundo del voleibol tras jugar a fútbol hasta categoría infantil en el Primer Toque CF. «Yo ya había probado el voleibol antes, pero nunca despertó mucho entusiasmo en mí hasta que en verano me apunté a jugar a voley playa y me empezó a gustar muchísimo. Entonces empecé a participar en pequeños torneos y veía que me ilusionaba cada vez más, así que decidí dedicarme a ello», recuerda.

El receptor de Castelló estudia y juega en Palencia junto a otros compañeros que también buscan hacerse un nombre en el voleibol. Poder vivir de este deporte sería un sueño para él y, aunque es consciente de la dificultad que comporta, no pierde la esperanza. «Si pudiera elegir, me gustaría vivir del voleibol a nivel profesional porque es lo que más me gusta y me gustaría ir a otros países a jugar», comenta.

De momento, la experiencia le ha servido para aplicarla durante el inicio del curso 2019/20. Emilio Ferrández, que mide 1,93 metros, acaba de arrancar la temporada con el CyL Palencia 2020, pero ya piensa en su siguiente objetivo. «Espero que esta temporada logremos la clasificación para el Europeo U20», destaca.