"No se ve apenas nada claro, es bosque muy cerrado", dice César Pérez de Tudela, policía y decano de los alpinistas españoles, cuando evalúa la situación del operativo de búsqueda de Blanca Fernández Ochoa que se ha concentrado en la falda de Majavilán, en la localidad madrileña de Cercedilla.

Las fuentes del operativo preguntadas coinciden en que serán fundamentales los perros de la Policía y la Guardia Civil para descubrir lo que no puede el ojo humano entre árboles, pinaza, hierbas y helechos. La misma dificultad tienen desde arriba los tres helicópteros desplegados en la búsqueda: "Es bosque frondoso y muy lleno, y los medios aéreos lo tienen muy difícil para ver nada", explicaba al final de la tarde de este domingo el alcalde de Cercedilla, Luis Miguel Peña.

El consistorio de la localidad serrana madrileña ha convocado para la mañana de este lunes a los vecinos, senderistas y conocedores de la montaña para unirse a colaborar en la búsqueda. El punto de concentración está en el aparcamiento del hostal Cirilo, a 1.400 metros de altitud, casi en la raya de Castilla, y con las paredes de Peñalara y sus siete picos de fondo.

Los cercanos a la medallista olímpica desaparecida se agarran a la hipótesis de que ha podido sufrir un accidente cuando caminaba en solitario. Blanca Fernández Ochoa ama y conoce las cumbres y hondonadas de la sierra madrileña, y a menudo las recorre sin compañía, por placer y por deporte.

SALPICADURAS DE BARRO

Los investigadores de la Policía Nacional no hallaron este domingo signos de violencia en el Mercedes clase A de color negro de la esquiadora, que su hermano Luis encontró bien aparcado en una zona habilitada para estacionar al comienzo de uno de los muchos senderos de excursión que parten del paraje cercedillense de Las Dehesas.

Al levantar el coche para llevárselo a Madrid, los policías certificaron que llevaba días allí por las salpicaduras de barro de la parte baja, que indican que el vehículo estaba parado en el lugar cuando cayeron unas fuertes lluvias recientes.

O sea, Blanca pudo dejar su Mercedes allí el domingo 25 de agosto, primer día que un testigo refiere haberlo visto aparcado. Tuvo que ser después de que adquiriera víveres en un supermercado, el sábado 24, según una llamada de un particular a la Policía.

En el monte, lidera la búsqueda la unidad de montaña de la Guardia Civil, el GREIM, y participan bomberos, agentes forestales, policías locales y empleados de la empresa pública Tragsa, además de un equipo de psicólogos que ofreció este domingo su ayuda a la familia.

LLAMAMIENTO A VOLUNTARIOS

Durante el primer día de búsqueda, los mandos del operativo no quisieron que se sumaran particulares no profesionales, por no estropear huellas. Al final de este domingo, las dificultades para cubrir una amplísima zona de bosque les hicieron pasar a la segunda fase: de la búsqueda selectiva, a la batida.

La familia de Blanca Fernández Ochoa está "esperanzada, pero preocupada: ya son muchos días", dice el cuñado de la esquiadora, Adrián Frederighi. Los parientes rechazan que la deportista haya podido desorientarse y se inclinan por la hipótesis de un accidente durante la marcha por los picos madrileños "Resbalas, te caes y no llevas móvil... estás jodido", terciaba un miembro de la familia.

"Yo pasé seis días sin comida ni agua en el Aconcagua, y Blanca está en una forma espléndida", recordaba Pérez de Tudela ayer a la puerta del pequeño campamento que sirve de base para el operativo de búsqueda. Son cuatro tiendas de tela en una explanada que se extiende cuesta abajo justo al lado del lugar donde fue encontrado el coche, y donde ahora braman los motores de los 4X4 de los efectivos de búsqueda, cada vez más numerosos.

Como el alpinista, los familiares también dicen que Blanca estaba bien, que no ha dejado de ir al gimnasio con su hermana pequeña, y que vive un momento bueno de forma física y de ánimo. Ya en otras ocasiones ha salido a llenarse ella sola de montaña, y esa es la esperanza de los que la buscan. "Si además tiene agua... Veremos", calculaba su cuñado esta pasada noche.