Una semana ha durado la traca que encendió el castellonense Pablo Fornals en Mestalla con el empate del Málaga en la última accción del encuentro (2-2) y el remate final de la mascletà que estalló con la derrota en Anoeta (3-2) después de que Prandelli lanzara varias carcasas entre medias pidiendo a sus jugadores mayor entrega en el campo. Ayer, con el equipo hundido en la clasificación (12 puntos en la tabla y siete encuentros consecutivos sin sumar un triunfo) y sin síntomas de reanimación, el dueño del club llamó a capítulo al núcleo duro del Valencia para que se trasladara de urgencia a Singapur en busca de soluciones. Dicho y hecho. Layhoon Chan (presidenta), Suso García Pitarch (director deportivo) y Cesare Prandelli (entrenador) pusieron rápidamente rumbo al despacho de Peter Lim.

El Valencia no tiene compromisos ligueros hasta el próximo año (al aplazamiento del partido contra el Madrid por el Mundialito se suman dos semanas por el parón navideño), por lo que el club quiere acertar en el mercado de invierno y reforzar convenientemente la plantilla, pues más errores resultarían fatales. «Los que no tengan carácter que se vayan, los que no estén contentos que se vayan; no es un problema de táctica, es un problema de personalidad», advertía el entrenador italiano antes de viajar a San Sebastián. Un mensaje que, por el resultado, no caló en su plantilla, aunque parece que él sí tiene claro quién tiene la puerta de salida abierta en el club. Porque otro de los problemas es el económico. Para poder fichar, antes tendrán que salir futbolistas y así poder cumplir el control financiero de la Liga. La temporada se planificó partiendo de que había que vender jugadores por un total de 140 millones de euros para salvar un desajuste de aproximadamente 100 kilos y poder fichar para rehacer la plantilla con los restantes 40. A esos números dieron el OK en Singapur para afrontar un ejercicio sin competiciones europeas y con una plantilla carísima.

CONDICIONANTES // Ahora, con el fair play financiero más presente que nunca tras la última sanción de la Unión Europea que obliga a los clubs que recibieron dinero público a devolverlo, tanto Prandelli como García Pitarch (algunos aseguran que cada vez está más distanciado del italiano) deberán hilar muy fino con los fichajes, el tema principal del encuentro con Lim. El entrenador ha reconocido que, cuando firmó por el Valencia, el dueño se comprometió a reforzar la plantilla en enero.

El técnico parece contar con la plena confianza del empresario y atenderá sus peticiones, siempre que económicamente sean posibles. Por los últimos comentarios del míster, se advierten cambios profundos en el club y en la plantilla, con futbolistas importantes en el punto de mira, lo que parece conducir a una revolución. Y todo con el partido de vuelta de la Copa del Rey ante el Leganés del 21 de diciembre (1-3 para los che en la ida) como primera piedra de toque de la reacción que reclama Prandelli. «Hay que sacar orgullo y cojones porque si no, nos vamos a la mierda», pedía Santi Mina el sábado.