Todo el mundo sabe que lo primero que hace el vencedor de las 500 Millas de Indianápolis es celebrar, con un gran trago de leche, su enorme triunfo. Fernando Alonso, tras su última decepción, tras su última rotura de motor (Honda), entró en el box de su equipo y les dijo: «Quiero daros las gracias a todos por lo que habéis hecho por mi y conmigo estas semanas. Y sé que queríais, todos, verme beber esa leche. Pues bien, me la voy a beber delante vuestro». Y sacó un tetrabrick de leche y echó un largo trago ante la ovación de su team.

«Pienso en volver, por supuesto». Fue la promesa del Nano, abatido por la nueva rotura del motor. Estaba orgulloso por la ovación que le brindaron los 300.000 espectadores que lamentaron su abandono. Tres semanas de entrenamiento y una carrera enfocada desde el inicio, no bastó en el momento crucial, cuando necesitaba remontar desde la octava plaza. Era el momento, el equipo. La victoria de su compañero en Andretti, Takuma Sato, lo certifica.

«Ha sido una pena, en ese momento, aunque era difícil, me sentía competitivo. Faltaban pocas vueltas y estábamos en el grupo de cabeza en el momento decisivo», reconoció el bicampeón del mundo de F-1. «La avería la he oído. Es más, tres vueltas antes le comuniqué a mi equipo que estaba pasando algo raro. Me dijeron que no detectaban nada. Pero, sí, al final oí la explosión y, la verdad, me pareció increíble. Injusto, muy injusto».

Fue realmente increíble porque estaba haciendo lo más difícil. «Una pena, creo que, al menos, merecíamos acabar la carrera y disfrutar de la vuelta de honor. En la carrera creo que mi rendimiento ha sido bueno. Incluso hemos liderado algunas vueltas. He estado entre los mejores, he sido competitivo en una especialidad nueva». La decepción era enorme, también la satisfacción de verse competitivo, de saber que pudo ganar.

Su mejor experiencia quizá, seguro, coincidió con la peor, el abandono, el momento de salir del coche y quitarse el casco. «La ovación de los fans ha sido maravillosa y me ha demostrado que ha valido la pena venir a Indianápolis e intentarlo. Me ha encantado estar compitiendo al mismo nivel con los pilotos más expertos de los ovales».