Pocas carreras son tan singulares como la de Pierre Oriola, el pívot de Tàrrega, de 24 años y 2,06, uno de los jugadores por los que ha apostado el Barça este verano para reconstruir el proyecto del Palau. Un millón de euros ha pagado al Valencia, como estipulaba su cláusula de rescisión, firmándole por cuatro años, lo cual dice mucho sobre las esperanzas que tiene Sito Alonso con su incorporación.

Oriola se apresta a vivir este martes, como integrante de la selección española, un nuevo episodio de una ascensión meteórica: los cuartos de final del Eurobasket frente a Alemania (17.45 horas, Cuatro).

"El mejor año"

«Ha sido un año perfecto, el mejor de mi carrera, deportivamente hablando. He jugado tres finales con el Valencia. He ganado la ACB. Fiché por el Barça. He venido a la selección. Y ahora estoy a punto de jugar los cuartos del torneo y con posibilidades de llegar a la final del Eurobasket. No puede ser mejor», dice Oriola, que quiere seguir avanzando.

«Intento tener los pies en el suelo, porque todo ha ido muy rápido. Tienes que saber de dónde vienes y lo que ha costado. Pero no me quiero parar aquí. Soy muy ambicioso, quiero seguir mejorando», afirma el joven ala-pívot, que confía ciegamente en las posibilidades de la selección frente a una Alemania en la que destacan el base de los Atlanta Hawks, Dennis Schröder, el pivot del Baskonia, Johannes Voigtmann, el ala-pívot Daniel Theis, fichado por los Celtics este verano o el exzaragocista Robert Benzing.

Quim Costa, clave

«Estamos con muchas ganas y con confianza. Sabemos que Alemania es un gran equipo y que no nos van a regalar nada», cuenta. «Pero nosotros estamos muy unidos, hay buena química, cada uno sabe su rol y eso hace que lleguen los resultados. Sabemos cuál es el objetivo y ojalá volvamos con medalla”, explica.

El camino no ha sido fácil para Oriola. Hace solo cuatro años el Manresa prescindió de sus servicios y acabó recalando en el Huesca de Joaquin Costa para «curtirse» dos años en la LEB. «Costa ha sido una de las personas que más me ha ayudado en el baloncesto y me ha hecho ver la necesidad de trabajar cada día al máximo y a entender la ética de trabajo que ahora tengo».

El Sevilla le dio la «oportunidad» de volver a la ACB hace dos años, en un equipo que tenía a Willy Hernangómez y Kristaps Porzingis. Después recaló en el Valencia, con el que levantó la Liga contra prónóstico en la final contra el Madrid («sin desmerecer a nadie, lo que hicimos fue espectacular», reivindica). Y, este verano, fichaje por el Barça y llamada de la selección, que ha acabado por incluirle lado de jugadores a los que mitificaba.

Felipe Reyes, el espejo

«Es una pasada estar al lado de Pau y Marc Gasol o Navarro. Al principio estaba muy cortado ante ellos, porque para mí son un espejo. Pero al final nos tratan como a uno más e intentamos seguir sus consejos y el ejemplo que nos ha hecho llegara aquí y triunfar», explica el nuevo jugador barcelonista, aunque en quien se refleja más es en Felipe Reyes.

«Siempre me ha gustado mucho su capacidad de lucha. Nunca da una pelota por perdida. Ojalá pudiera llegar a la mitad de todo lo que ha ganado», añade Oriola, que se define a sí mismo como un trabajador. «Me veo como un guerrero, un luchador. Intento dar siempre el 100%», explica.

Un millón de euros

«Estoy dispuesto a trabajar las horas que sean porque pienso que no tengo el don que tiene otra gente e intento llegar a esos mismos objetivos a base de trabajo», afirma Oriola, que espera devolver la confianza que ha puesto el Barça en su llegada.

«Un millón de euros es mucho dinero»,asume. «Pero no estoy presionado por eso, sino con la ilusión de devolver esa confianza que ha puesto en mí. Devolverla a base de trabajo, de hacer las cosas bien y llevar al equipo a donde se merece, a la lucha por los títulos».