El Villarreal CF está deseando sellar la permanencia cuanto antes y, por encima de todo, espera que termine una temporada que pasará a su historia por el sufrimiento y la irregularidad en lo deportivo. El conjunto amarillo solo ha visto en la Europa League un oasis en el que poder comprobar que la plantilla es mucho mejor que los resultados que ha ofrecido el equipo en la Liga.

Con dos destituciones de entrenadores y una restitución, la del actual regente del banquillo del Submarino, Javi Calleja, el baile de futbolistas y lo cambiante de las alineaciones han sido una constante, para mal, en el presente ejercicio. Pero el míster madrileño ha sabido reinventarse e ir amoldando el combinado en función de sus necesidades.

VARIAS FÓRMULAS

Cuando volvió al equipo en febrero, Calleja apostó por fortificar la defensa, con una línea de tres centrales y dos carrileros, consciente de la fragilidad mental y defensiva de unos futbolistas moralmente afectados por el hecho de tener que competir por un objetivo muy diferente al marcado el pasado verano por el club.

Tras superar una fase en la que el equipo llegó a estar metido en puestos de descenso varias semanas, el técnico amarillo continuó dando vueltas de tuerca al equipo, volviendo a la defensa de cuatro y encontrando un 4-2-3-1 que le está dando los mejores resultados de toda la temporada.

EL TRIÁNGULO MÁGICO

Y ahí es donde Calleja ha dado en la tecla. El preparador groguet ha encontrado un triángulo mágico, tres centrocampistas que se están erigiendo como los pilares de la permanencia de un Villarreal que con esos futbolistas ha encontrado fiabilidad tanto defensivamente como en el juego colectivo y de ataque. Son Santi Cazorla y Vicente Iborra como pareja de mediocentros, con Fornals como mediapunta por el centro.

Tanto el asturiano como el valenciano aúnan trabajo, personalidad con el balón y criterio, mientras que Fornals se aplica en la presión a la salida de balón del rival, y es una de las cabezas pensantes a la hora de asistir a los delanteros, puesto que el entrenador amarillo abre a futbolistas rápidos a las bandas (Chukwueze, Ekambi, Pedraza...), con un estilete como referente en ataque, que suele ser Carlos Bacca de inicio, con Gerard Moreno de refresco.

DE LOS MÁS UTILIZADOS

Además, un hecho que reafirma que los tres son de los jugadores más solventes, en una plantilla donde la media de sus integrantes es de aprobado raspado —con varios suspensos—, es que se trata de tres de los componentes más utilizados. Cazorla ha disputado 32 partidos, totalizando 2.454 minutos, siendo el tercero más empleado en Liga tras el meta Sergio Asenjo y Álvaro González.

Por su parte, el sexto hombre con más minutos es Pablo Fornals (2.318), que además es el jugador que ha intervenido en más partidos, ya que solo él y Toko-Ekambi han participado en 33 de los 35 encuentros jugados hasta la fecha por el Villarreal.

Por último, el imprescindible Iborra, que tras su llegada en el mercado invernal ha disputado 16 de los 17 choques posibles —se perdió el del domingo por sanción—, jugando los 90 minutos en 14 de dichos 16 partidos, completando el triángulo.