Nunca deja un rastro de indiferencia cuando comparece ante los medios, pero la aparición de Gerard Piqué tras la crispación que ha vivido el Barça fue, sobre todo, conciliadora. Ni hizo sangre ni quiso mandar recados. Al contrario, acaparó para sí, para los jugadores, para la plantilla, toda la responsabilidad para que el club se estabilice, tanto en el campo como en los despachos, donde para el central ya es agua pasada la polémica del Bartogate y aceptó la explicación del presidente en el vestuario: «Tal como le ví de tocado, me lo creí. No hay que darle más vueltas: salió esto, explotó, se ha solucionado y vamos a pasar página».

«En los últimos años lo que pasa en el campo es muy importante porque los resultados aguantan al Barça. Hay que intentar seguir ganando porque, si no, las aguas no bajan tan tranquilas», reflexionó Piqué en la previa del encuentro de ida de los octavos de la Champions (21.00 horas), en Nápoles, en San Paolo, el templo que encumbró a Maradona.

Con el lastre de las dos eliminaciones sonadas de las dos últimas temporadas, Roma y Liverpool, viaja ahora el Barça a tierras italianas. La dosis de prudencia, acaso de temor, ha aumentado con aquellas experiencias. El devenir de la plantilla, además, indujo a Lionel Messi, el capitán a aceptar que el potencial humano «tal vez no alcance» para ser campeón. Piqué no está totalmente de acuerdo con su compañero: «Otros años hemos llegado más sobrados, siendo más favoritos. Pero con los jugadores que hay en la plantilla estoy convencido de que tenemos posibilidades». El defensa culé no quiere mirar más allá del doble duelo con el Nápoles, pero aventuró: «Quizá en abril o mayo vamos como un tiro».

PRIMER EXAMEN DE SETIÉN / Casi un mes y medio después del atropellado relevo en el banquillo azulgrana tras la intempestiva destitución de Valverde, el Barcelona de Quique Setién afronta su primera reválida verdaderamente seria. El gran examen europeo.

«Llegamos en una dinámica muy positiva», subrayó Setién, aunque con solo 14 futbolistas del primer equipo disponibles. El adversario es el Nápoles, un equipo que, tras un inicio de temporada muy irregular que propició el despido de Ancelotti, ha crecido bajo la dirección de Gennaro Gattuso, que piropeó a su rival. «Con Setién estoy viendo un Barcelona que en los dos últimos años no he visto. Han mejorado mucho en los últimos cuatro o cinco partidos», elogió antes de echar más flores, esta vez a Messi: «Durante años ha sido el mejor de todos los tiempos».