Con todos los estamentos alerta y las convocatorias de protesta sobre la mesa, la llegada del clásico del día 18 en Barcelona se produce entre las dudas sobre qué consecuencias tendría la exhibición de una pancarta reivindicativa en la grada o la aparición de un espontáneo en el césped con un mensaje político. El código disciplinario de la Federación recoge varios escenarios por los que, si se producen, tanto los aficionados implicados como el Barça serían multados y, en caso de infracción muy grave, también se podría suspender, trasladar el partido o clausurar el estadio.

Las sanciones están sustentadas en la normativa deportiva estatal, que prohíbe la exhibición de pancartas que, por su contenido o por las circunstancias en las que se exhiban o utilicen, pueda ser considerado como un acto que incite, fomente o ayude a los comportamientos violentos, dice la ley del Deporte, que también refleja como una infracción muy grave la omisión del deber de asegurar el correcto desarrollo de los espectáculos deportivos que impliquen riesgo para los espectadores y que se materialicen en invasiones de campo, coacción frente a los deportistas, árbitros o equipos participantes, en general.

Denuncia previa

Para que haya cualquier sanción, primero tiene que haber una denuncia ante el comité de competición, por parte de La Liga, de un hecho punible. Es competición el encargado de comprobar la denuncia y valorar la gravedad de los posibles actos que se puedan producir con el código jurídico de la Federación, que recoge la división entre infracciones muy graves: multa de 3.005,06 a 30.050,61 euros; infracciones graves: multa de 601,01 a 3.005,06 euros e infracciones leves: Multa de hasta 601,01 euros.

Entre las faltas muy graves, quedan especificadas las conductas contrarias al buen orden deportivo y que incitan a la violencia en el fútbol, como la exhibición de pancartas que inciten o fomenten los comportamientos violentos, racistas, xenófobos e intolerantes, o la invasión del terreno de juego produciéndose actos o expresiones violentos, racistas, xenófobos, discriminatorios o intolerantes, dice el reglamento en su artículo 69.

El Barça, como club organizador del evento, está expuesto también a sanciones graves si se produce algún acto sancionable por omisión de los deberes propios de la organización necesarios para su normal desarrollo; así como por la represión pasiva de conductas violentas, xenófobas, e intolerantes, menciona el código disciplinario ante una supuesta pasividad de la seguridad.