Jonathan Busby, atleta arubense de 33 años, proporcionó la primera imagen dramática en los Mundiales de atletismo de Doha al recorrer exhausto, ayudado por Braima Dabó, de Guinea-Bisau, después de arrastrarse sobre la pista en la última vuelta de la primera serie de 5.000 metros. El Mundial de los 40 grados de temperatura empieza a cobrarse sus víctimas.

Busby, que llegaba a Doha sin marca en la distancia, igual que el hombre que lo esperó para conducirlo del brazo hasta la meta, terminó la prueba con un tiempo de 18:10.68 y su ayudante entró 27 centésimas después.

Pese a cruzar la meta cinco minutos después que el vencedor, el etíope Selemon Barega (13:24.69), los dos hicieron su récord personal, pues era la primera vez que corrían un 5.000. Busby aún tuvo arrestos de parar su cronómetro al rebasar la línea de meta.

Los rezagados restaron protagonismo a los corredores de élite con el súbito desfallecimiento de Busby en la recta contraria del estadio y el gesto humanitario de Dabó ya se ha hecho viral en las redes sociales.

A pesar de ello, ambos atletas fueron descalificados. El reglamento de la IAAF, en su artículo 144.3, establece las ayudas que no son permitidas y en el apartado F incluye la de "recibir apoyo físico de otro atleta (distinto a ayudarle a recobrar la posición de en pie) que ayude al atleta a progresar hacia delante en la carrera".