Vicente Montesinos desveló ayer la hoja de ruta del proyecto que, junto a su equipo de trabajo, han diseñado en su siguiente paso para reflotar al CD Castellón y darle viabilidad económica. El presidente, acompañado por Alfonso Hernández y Jordi Bruixola (los otros integrantes del consejo de administración, junto al ausente José Cano-Coloma), avanzaron las líneas maestras de la ampliación de capital, que será aprobada por la junta de accionistas el 28 de noviembre (16.00 horas, en la UJI), por valor de 900.000 euros. Una cantidad calcada la fallida propuesta por David Cruz, pero encaminada a paliar parte de los desastres del expresidente y, paralelamente, dejar de ser los gestores del club para convertirse en propietarios, con lo que poder desarrollar el plan de futuro que tienen en mente.

En primer lugar, Montesinos expuso, a grandes rasgos, la situación económica que han heredado: «Si las cifras del ejercicio 2015/2016 ya arrojaban unas pérdidas de unos 350.000 euros, las del 16/17 son caóticas: los ingresos descendieron 380.000 euros y las pérdidas fueron de 600.000». «La deuda del club en los dos últimos ejercicios, tras la salida del concurso de acreedores, ha aumentado en un millón de euros, con lo que la entidad ha quedado muy debilitada por una gestión que ponía en riesgo su supervivencia», añadió, cifrando el agujero en «más de cinco millones».

A continuación, explicó cómo será el proceso de recapitalización del club. «El capital social, tras la reducción aprobada en la junta de diciembre del 2016, quedó en 909.000 euros. Reduciremos el capitán social contra las pérdidas de los dos últimos ejercicios», introdujo. El nuevo valor nominal de cada título pasará de los 13 euros actuales a 0,1, «para que todo aquel accionista que no pueda suscribir ninguna acción, pueda seguir siendo accionista». Es decir, que por cada acción de ahora, se tendrá derecho preferencial a suscribir 126 nuevas.

PLAZOS

Una vez se apruebe en la junta, el club acelerará los plazos para que sea efectiva justo después de Navidades. Para que no vuelva a ser fallida, debería cubierta al menos en un 50% (la de Cruz solo recaudó 6.000 euros). El proceso contempla un desembolso inicial del 50% a cada accionista y el 50% restante, a juicio del consejo de administración. Eso sí, esta primera recapitalización del Castellón queda cerrada a los que no sean ya accionistas.

Esta ampliación de capital de mínimos está encaminada, principalmente, a la limpieza tanto de la gestión de Cruz sino también para tener el control, económico y judicial, de la entidad. Un objetivo que tiene una segunda lectura: generar la confianza suficiente en instituciones y grandes empresas, hasta ahora esquivas a sumarse al proyecto, de que todo el caótico pasado, con implicaciones judiciales, sea ya historia.

No obstante, Montesinos, que eludió pronunciarse sobre cuál será el papel de su grupo (Capital Albinegro control el 70% del paquete accionarial, cedido por Cruz) en esta ampliación de capital, sí afirmó que «es de obligado cumplimiento para nosotros mismos», subrayando que «si no se cubriera, sería caótico». «Un fracaso para el consejo, que nos dejaría muy débiles», incidió. «Espero que se suscriba para que Cruz deje de ser historia», ahondó.

RECURSOS

El presidente del Castellón enfatizó que tras «despejar dudas sobre la viabilidad del proyecto y ver el mapa de accionistas resultante, entendemos que no es la única ni la última operación, porque hay que seguir dotando al club de recursos para su supervivencia», aunque matizó que esas operación del futuro «aún no están dibujadas».

La junta también servirá para la renovación de los auditores y la ratificación del consejo que, por cooptación, salió de la operación que, en junio, apartó a Cruz de la gestión de la entidad, aunque Cano-Coloma figura en el órgano rector del Castellón.