En una semana donde el Barça se posicionó sobre el desafío soberanista del 1-O, la noticia saltó ayer no muy lejos del Camp Nou. El Lleida Esportiu no pudo jugar su partido de Liga en el grupo III de 2ª B contra el Atlético Saguntino con su camiseta de la senyera porque el árbitro se lo prohibió. Así lo denunció el club catalán con un comunicado, en el que indicaba que el colegiado, el murciano Pedro Campoy Candela (24 años), les advirtió de que suspendería el encuentro si su orden, emanada de la Federación Española de Fútbol, no era obedecida.

Una vez finalizado el encuentro, los jugadores del Lleida se enfundaron la camiseta de la senyera en medio de las ovaciones de sus aficionados. El Lleida puntualizó que había avisado el miércoles de su intención de disputar el partido con esa equipación (no está entre las oficiales de la temporada). Aun así, el Atlético Saguntino se presentó en la capital del Segrià solo con su primer uniforme, de color rojo. La decisión arbitral provocó protestas de los aficionados, que redoblaron la potencia de sus voces en el minuto 17.14, con gritos de «independència» y «votarem».

Finalmente, el Lleida saltó al césped con su primera equipación (camiseta azul y pantalón blanco) y el partido arrancó con siete minutos de retraso. La cuatribarrada fue la segunda equipación del Lleida la temporada 15-16 y la semana pasada el club decidió recuperarla «ante los hechos sucedidos en relación a la situación política de Cataluña».