Cinco años después de que la Fundación del Valencia aprobase a Peter Lim la venta de una amplia mayoría accionarial, el proyecto de presente y futuro vuelve a reformularse otra vez en la distancia. La crisis actual recuerda a la vivida en julio del 2015, cuando Amadeo Salvo y Rufete dejaron el club por discrepancias en la planificación deportiva con el propietario. Lim quiere ejercer nuevamente su mando, y la crisis ha vuelto a estallarle esta vez con el director general. Justo en el momento de rematar la confección final de la plantilla, Mateu Alemany, Marcelino y Pablo Longoria han perdido autonomía. El conflicto se destapó el pasado domingo y, tras días de reuniones entre todos los estamentos del club en València, la solución no ha llegado. Por ello, el presidente Anil Murthy y Alemany viajaron ayer a Singapur en busca de la resolución del problema.

El deseo de los dos dirigentes es regresar del país asiático con buenas noticias para el Valencia. Las horas encerrados en la sede del club entre Murthy —representante de Meriton— y Alemany no han fructificado en los «puntos de coincidencia» a los que aludía el lunes el mallorquín. La realidad es menos optimista, pues son pocos los precedentes en los que el máximo accionista ha dado marcha atrás en sus ideas y bastantes las diferencias en cuanto al estatus de los refuerzos necesarios e, incluso, al modelo de gestión deportiva. Aún así, el presidente no cierra la puerta a un desenlace positivo para un valencianismo que sufre la incertidumbre a menos de tres semanas para el comienzo de LaLiga ante la Real Sociedad. «Hay que arreglarlo por el club. Hay que trabajar, mantengo el optimismo en que vamos a arreglarlo», comentó Murthy en la asamblea de LaLiga, uno de esos actos en Madrid a los que Alemany acostumbraba a acudir.

Mateu empezó a percatarse hace algunos días de que su opinión ya no era importante. Así que el director general preguntó al presidente si las decisiones ejecutivas las estaba tomando Meriton en Singapur... y obtuvo un «sí» por respuesta». Este fue el desencadenante del conflicto, ya que el dirigente balear planteó su marcha en el caso de que se recortaban de tal forma su capacidad.

«Mi esperanza es que aquí, en València, tomemos las decisiones correctas para limar las pequeñas diferencias por el bien del club. Tanto Peter Lim como todos en València lo que queremos es seguir trabajando en un club que sea exitoso y sostenible, dentro de nuestros objetivos de éxito y crecimiento en un modo sostenible», comentó en tono conciliador Murthy hace un par de días.