El Castellón superó con nota su examen más exigente de la pretemporada, tanto desde el punto de vista del resultado (2-2) como de las sensaciones. El renovadísimo Huesca, que trata de recuperar el vuelo tras su rápido regreso a Segunda A y el escándalo de la operación Oikos, aprovechó dos graves errores en la salida de balón (¡no pueden volver a repetirse, ni siquiera en los amistosos que restan!) para ponerse con un 2-0 que arreglaron, a pelota parada, David Cubillas y Víctor García, éste asistente en el primero y autor del golazo de falta del 2-2.

Óscar Cano se tomó el test más duro del verano como lo que era, algo más un simple partido preparatorio, con un once, dispuesto en un 4-2-3-1, con muchos números, si no de ser exactamente el mismo, sí de parecerse mucho al que, el día 25, salga de inicio en Sabadell. Sobre todo atrás (Álvaro Campos en portería; con Joseba Muguruza y Víctor García en los carriles, más Héctor Verdés y Eneko Satrústegui en el eje) como en la sala de máquinas, con Carles Salvador y Rafa Gálvez, si la lesión que sufrió no es relevante. Arriba, Jairo Cárcaba, escoltado por Rubén Díez, más Javi Serra e Iñigo Muñoz en los extremos.

De entrada, los albinegros, como es habitual con el entrenador granadino, salieron ambiciosos, viviendo en campo contrario y discutiéndole la posesión al Huesca, que debuta en un par de semanas y que, con todo, todavía está a medio cocer. Los altoaragoneses, abriendo el campo con constantes dos contra uno de sus hombres de banda, fueron imponiéndose a sus adversarios, con un Dani Escriche bullicioso.

GOL... Y LESIÓN // El burrianense terminó por penalizar, rematando ante Campos en el área pequeña, un error en el nacimiento de la jugada del Castellón. Instantes después, el percance del cordobés adelantó el estreno de su alter ego Josep Calavera.

El 9 del Huesca siguió dando guerra al regreso de la caseta, hasta que un encontronazo con el portero y capitán orellut le produjo una herida en la pierna. Su sustituto, un jovencísimo Carlos Kevin (18 años), recibió un regalo en su estreno con el primer equipo azulgrana. Muguruza perdió el oremus y le brindó la oportunidad de plantarse ante Campos y superarle en su salida.

Pero el Castellón, aunque sea pretemporada, no ha perdido ese carácter que le permitió neutralizar los seis puntos que le separaban del descenso a 10 jornadas del final y salvarse en el descuento de la última. Sin tener la pelota apenas y un ejercicio de eficacia máxima, en acciones de estrategia (otra de las virtudes que le condujo a la permanencia), primero David Cubillas de cabeza y luego Víctor García de libre directo, llevaron la alegría a los alrededor de 300 orelluts desplazados nuevamente a Teruel, que siguen sin ver perder a los albinegros, que emiten buenas vibraciones y que conservan la esencia de ese equipo que tan extraordinaria reacción exhibió, aunque todavía le falte una importante pieza en su engranaje.